La Araucanía: ¿Es viable una nación mapuche?

El presidente de la Corte Suprema lo esbozó como necesidad para solucionar los problemas en la IX Región. Comisión para la Descentralización lo propuso, de forma concreta, en octubre del año pasado. La discusión crece.




Creo que, como urgencia de país, y sin plantearlo en desmedro de otros pueblos, esto es mucho más necesario que un Ministerio de Asuntos Indígenas", plantea Esteban Valenzuela, ex titular de la Comisión Asesora  para la Descentralización, que en octubre del año pasado le entregó su informe final a la Presidenta Michelle Bachelet.

El escritor y político se refiere a un tema que comienza a crecer: la discusión para crear una nación mapuche en La Araucanía.

Los hechos de violencia en esa zona se han mantenido. El miércoles, por ejemplo, se difundió la iniciativa de un grupo de agricultores, de Vilcún, que utilizan un sistema de coordinación por WhatsApp para enfrentar supuestos ataques en sus tierras.

En medio de toda esta dinámica, el presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, sostuvo que "el pueblo mapuche reclama inclusión en el sistema, y no exclusión, lo que es muy valioso".

Y, sobre el conflicto mismo, subrayó que "acá falta mucho. Hay que sentarse a conversar de un tema más amplio que las reivindicaciones territoriales (...) en América y en otros países del mundo se ha reconocido ya la existencia de distintos ordenamientos jurídicos al interior de un mismo Estado, algo que en Chile no se ha plasmado en un instrumento jurídico".

El 7 de octubre del año pasado, la Comisión para la Descentralización lo sugirió formalmente, en pro de un efectivo reconocimiento y convivencia multicultural. "Se propone declarar región plurinacional y multicultural a la actualmente denominada de La Araucanía, incorporándola en el artículo 126 bis de la Constitución y habilitándola para establecer su propio estatuto", dice el informe final de la instancia.

Algunos puntos de ese estatuto deberían ser, según el mismo informe, el reconocimiento del derecho indígena, el establecimiento de municipios indígenas, la modificación de los gentilicios, símbolos regionales y uso oficial de la lengua indígena, y el reconocimiento de formas de organización autóctona en la institucionalidad política de la región.

Para Valenzuela, esto es posible.  "La clase política se tarda más que los movimientos sociales y la judicatura. Me parece bien la intervención del ministro Muñoz. El gobierno no ha tomado esto (la propuesta), salvo en un interesante punto del proyecto de traspaso de competencias a las regiones, que incluye no denominarlas por su número, sino abrir un cambio de nombre".

Agregó que "allá (en La Araucanía) existe un conflicto que no se puede tapar con un dedo. Y es perfectamente posible discutir estos cambios. Por ejemplo, que además del intendente electo haya, por estatuto, un vice-intendente mapuche (...) no sé si la plurinacionalidad es la solución al problema, pero sin ella me parece que no hay solución alguna".

El historiador Sergio Caniuqueo, quien ha trabajado con el Instituto de Estudios Indígenas, de la Universidad de La Frontera, manifestó que "Chile es un país declarativo, pero que a la hora de implementar las palabras, tiene grandes falencias".

Destacó que "existe un miedo atávico de la clase política y del empresariado a plantearse la plurinacionalidad, porque eso implica autonomía. Pero hay grande ejemplos internacionales, en España, Canadá y Nueva Zelandia, entre otros, que demuestran que es posible y muy positiva".

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