La batalla de Tom Cruise para recuperar su estatus de estrella
Al filo del mañana, donde debe salvar el mundo de una invasión extraterrestre, debutó ayer.
Desde ayer, Tom Cruise está en las salas de cine al frente del elenco de Al filo del mañana, donde tiene como misión salvar al mundo de una invasión extraterrestre. Otra vez. Pero, a diferencia de su rol en La guerra de los mundos, que debutó hace casi una década recaudando cerca de US$ 600 millones, ahora la pelea de Cruise no solo se queda dentro de los complejos cinematográficos. Porque la otrora mayor estrella del cine mundial lleva años intentando recuperar su sitial en Hollywood. De algún modo, su batalla ahora también cruza un área más personal.
Si bien no ha caído en desgracia -por ejemplo, Jack Reacher (2013) prepara la segunda parte-, está lejos de tener éxitos apabullantes de taquilla y su último gran suceso llegó en 2011 con Misión imposible: Protocolo fantasma, que con US$ 697 millones se convirtió en su mejor marca desde La guerra de los mundos. Eso sí, la producción estrenada hace tres años, con Cruise como el agente Ethan Hunt, era la cuarta entrega de una franquicia exitosa y no de un proyecto nuevo que llamara la atención por sí mismo.
A esto, se suma que la crítica no lo ha acompañado demasiado en sus últimas películas: nuevamente, la última parte de la saga Misión imposible tuvo buen recibimiento, pero antes de eso los filmes protagonizados por él, como Oblivion, la misma Jack Reacher y la olvidable Rock of ages no contaron con la misma aprobación. Misma suerte que corrió la década pasada uno de sus proyectos más ambiciosos: Operación Valkiria, una producción importante para el actor con el que esperaba demostrar que su talento actoral iba más allá de sus nominadas actuaciones al Oscar por Nacido el 4 de julio, Jerry Maguire y Magnolia.
Buenas críticas
La situación de Cruise en cuanto a la opinión sobre la calidad de su trabajo está cambiando con Al filo del mañana.
En la historia, Cruise interpreta a William Cage, un teniente estadounidense dedicado al área de comunicaciones que se ve enfrentado a la improbable tarea de tener que documentar el gran ataque con que se espera erradicar de la Tierra a una raza extraterrestre que pretende instalarse en el planeta. Obviamente, siendo un hombre más acostumbrado a trabajar desde un escritorio que en el campo de batalla, trata de escapar a esta tarea, pero no lo consigue. Es así como rápidamente descubre tanto que la acción no es lo suyo, como el hecho de que algo extraño ocurre: en vez de morir, su día parte de nuevo desde el momento es que es enviado al frente. Esto lo lleva a darse cuenta que a pesar de su falta de preparación, él y Rita Vrataski, una feroz soldado interpretada por la británica Emily Blunt, son la única salvación para el mundo, siempre y cuando Cage y Vrataski puedan aprovechar el extraño don del teniente para convertirlo en un adversario que necesitan.
Es con esta idea que la cinta ha conseguido las mejores críticas para una película de Cruise -sin contar Misión imposible: Protocolo fantasma- desde hace una década, cuando apareció en filmes como Colateral y Minority Report: Sentencia previa y ya ha comenzado a hacer un poco de ruido en medios debido justamente a que es una película de acción inteligente y que usa el humor de tal modo que las constantes repeticiones de un mismo día no se vuelvan tediosas.
De este modo, las buenas críticas, pese a no asegurar un éxito de taquilla, asoman como un factor importante para mejorar la imagen del actor. Sobre todo que en los últimos años la vida pública del actor -en particular su rol como miembro activo de la cienciología, y su bullada relación y posterior divorcio de Katie Holmes- no han hecho más que dañar su cercanía con el público y generar anticuerpos en las audiencias, las que finalmente pagan su entrada al cine.
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