La Católica sueña, pero sin dormirse

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En la UC confían, pero Salas ya le dijo al plantel: no quiere triunfalismo. Iquique pasó del deseo a la resignación. Ahora apunta a la Libertadores.




Las dos caras del fútbol en su máxima dimensión. El triunfo y la derrota, el éxito y el fracaso. Universidad Católica es pura ilusión, mientras Deportes Iquique apuesta por un milagro o el premio de consuelo. Tras la goleada 2-6 en Cavancha, los cruzados están sólo a un punto de obtener el anhelado bicampeonato y, en el peor de los casos, una derrota también vale, si el CDI no vence en su partido. En otras palabras, resta apenas un paso, el que intentarán dar los de la franja este jueves, cuando visiten a Temuco.

Pese a la inmejorable opción que tienen de levantar la copa ante los sureños, en la UC prefieren la mesura y el llamado es, más bien, a la no exaltación. "Aún no cumplimos el objetivo. Puede pasar cualquier cosa. Hay que ser muy inteligentes", expresó Mario Salas, quien en las últimas horas se ha preocupado especialmente de que no crezca una sensación de triunfo anticipada. "La situación depende de nosotros. Y vamos a dar todo lo posible para lograr el título", añadió el entrenador.

Ayer el entrenamiento apenas duró una hora para los que jugaron. Fútbol regenarativo y harta conversación, con el foco puesto en la Novena Región. "Salas nos dijo que nos podemos relajarnos. Fue muy claro", comenta un jugador del plantel estudiantil.

José Pedro Fuenzalida, en tanto, analizó lo que se avecina para la UC en la misma línea de su DT. "Aún no ganamos nada y tenemos que estar aplicados. Temuco será un rival complicado", aseguró. Y añadió: "Va a ser una final. Tenemos que salir a buscar el objetivo. La ansiedad es innegable; no se puede sacar, pero si hacemos las cosas bien, nos vamos a quedar con la victoria y, por supuesto, con el título".

El Chapa, eso sí, destacó el crecimiento del equipo a lo largo del semestre, poniéndolo, incluso, en una posición de superioridad respecto del equipo que conquistó el título el semestre anterior. "El semestre pasado éramos más ofensivos. En este torneo encontramos la forma y el equilibrio. El partido de este jueves es una gran responsabilidad. Vamos a mentalizarnos para que las cosas salgan bien", expresó.

Ricardo Noir, en tanto, afirmó que, pese a tener la punta de manera exclusiva y, por ende, la primera opción al título, nadie se puede confiar. "Tenemos que estar muy tranquilos y enfocados"".

La pesadilla iquiqueña

El pitazo con el que Julio Bascuñán dio por concluido el encuentro entre Iquique y la UC sonó a ruido de despertador en Cavancha. El partido más importante en la historia de los Dragones Celestes -como los hinchas y los propios futbolistas habían llegado a definirlo en los días previos- acababa de terminar con goleada cruzada. Y el sueño de un club modesto y de una ciudad entera se había tornado en pesadilla. La estrella (la primera para la entidad) que con tanta fuerza había llegado a brillar, parecía ahora sólo un espejismo.

Pero el desconsolado llanto de los hinchas más jóvenes, en la luctuosa retirada de fanáticos del recinto deportivo, contrastaba con el renovado orgullo de los incondicionales del club, como los miembros de la barra "La Fiel del Norte", que tras la derrota permanecieron durante más de diez minutos en sus butacas haciendo sonar la música y alentando a sus guerreros caídos. "La hinchada está dolida porque nos habíamos ilusionado. Era el partido de nuestras vidas", confesaba Alexis Rivera, fanático celeste presente en Cavancha en la final anticipada del Apertura. "Buonanotte se paseó por Cavancha como si fuera su casa", lamentaba, antes de añadir: "El resultado duele. Yo creo que el campeonato ya pasó, pero igual va a ir gente a Santiago (a la última fecha) porque aún podemos entrar a la Libertadores".

Y es que la participación en el principal torneo continental de clubes asoma ahora como el objetivo inminente del club celeste, que en apenas una semana vio esfumarse -luego de su empate sin goles en Antofagasta y el severo correctivo recibido ante la UC- buena parte de sus posibilidades de culminar el semestre con el premio mayor.

Ayer, las calles de la capital de la Región de Tarapacá amanecieron bañadas en melancolía, con ese aire de esplendor añejo, caduco, que deja tras de sí todo sueño de grandeza.

El plantel dirigido por Jaime Vera -señalado por algunos sectores de la hinchada después de las modificaciones introducidas en la oncena en el duelo ante Católica- se ejercitó a las 10 de la mañana en las instalaciones de un Estadio de Cavancha que no fue, finalmente, talismán. El entrenamiento, de recuperación para los que tomaron parte en el pleito, fue el primero de una semana que se presume intensa para el cuadro iquiqueño, que deberá viajar a Santiago para medirse a Audax Italiano en la última jornada.

Pero los Dragones Celestes no caminarán solos en La Florida. Hinchas incondicionales, como Javiera Valenzuela (20), arroparán en la capital a un conjunto que, hasta que la aritmética diga lo contrario, promete seguir dando pelea. "Fue muy duro porque llevábamos años esperando este partido y en 20 minutos pasamos del sueño a la pesadilla. Pero lo último que se pierde es la fe", manifiesta, con el último hálito de convicción la joven, que viajará a Santiago a presenciar en directo a su equipo ante los floridanos.

Y no será la única, pues la barra "La Fiel del Norte" ya se organiza para desplazarse por tierra hasta la capital. Y es que en Iquique aún confían en un postrero desliz de los cruzados".

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