La confesión del sicópata: "La tiré al agua desde acá"

"Espero que se pudra en la cárcel y que pague por todo el daño que hizo. Maldigo el día que me junté con él". Estas son las palabras que Jocelyn Aros, ex empleada de un café con piernas, dedicó ayer a su pareja, el taxista Juan Saavedra Espinoza (37), quien se encuentra detenido por el secuestro, violación y homicidio de la menor Francisca Silva (5), la tarde del sábado en el puerto de Valparaíso.

Después del crimen, Saavedra viajó en micro 14 kilómetros con el cuerpo de la niña dentro de un bolso y lo arrojó al mar.

El lunes, frente a la playa de Las Torpederas, Saavedra se quebró: "La tiré al agua desde acá", dijo mientras apuntaba al sector de la Piedra Feliz.

Según datos revelados a La Tercera, no es la primera vez que Saavedra tiene que enfrentar la justicia. El 7 de mayo de 2004 cuatro delincuentes asaltaron el Banco del Desarrollo en Villa Alemana. Después de intimidar con armas de fuego a dos funcionarios y varios clientes, huyeron con más de $ 4 millones.

Saavedra fue el conductor de uno de los vehículos en los cuales huyeron los asaltantes. Por este delito el taxista  fue condenado a tres años de libertad vigilada, pena que terminó de cumplir el año pasado. También tiene antecedentes por receptación y robo de vehículos.

Este no es el único hecho que ha marcado la vida del detenido por el salvaje crimen de la pequeña Francisca. Su amigo Eduardo Pérez, dijo la vida del taxista se divide en un antes y un después de la muerte de su hermano y su madre embarazada en la peor tragedia ferroviaria de la que se tenga memoria en el país. El llamado sicópata de Valparaíso iba en el tren, pero sobrevivió.

Otra característica de Saavedra es su adicción a la pasta base. De hecho, llegó a tener tres colectivos, pero los perdió por financiar su consumo.

Juan Saavedra conoció a Karen Zegers cuando tenía 18 años y vivió con ella durante 20 años. Tuvieron dos hijas, quienes hoy viven en Quilpué. La mayor dijo que "no tenemos nada que ver con él, ni tampoco mi mamá. Somos otra familia y nosotros también estamos afectados".

Según ha podido reconstruir Investigaciones la noche anterior al crimen, Saavedra se juntó con unos amigos, fumó pasta base y se emborrachó. Llegó a su casa a las 9.00 del sábado. Se presume que durante esa mañana vio películas pornográficas, ya que los policías encontraron 15 cintas de este tipo en su habitación.

La pequeña Francisca desapareció a las 16.30, mientras jugaba en el antejardín de la casa de sus abuelos, en la población Las Palmas, del cerro Placeres.

Se ha establecido que Saavedra la habría secuestrado en su casa, abusó de ella y la asesinó. Finalmente arrojó su cuerpo al mar. Luego volvió a su casa y fue encarado por su pareja, quien había estado fuera de la casa cuando se cometió el homicidio. Una amiga de la mujer, dijo que ésta le recriminó: "Si le hiciste algo a la niña me arruinaste la vida". En respuesta, Saavedra dijo: "No he hecho nada".

A las 3.00 del domingo, los detectives llegaron a su casa para interrogarlo. Dio tres coartadas, las que fueron descartadas una a una. En la última versión dijo que había ido donde su padre a entregarle unas herramientas. El hombre negó haber estado con su hijo y dijo que dudaba de su participación en el crimen.

Además, una vecina del sujeto sostiene que al día siguiente el sujeto habría intentado suicidarse.

Ayer el Servicio Médico Legal entregó el cuerpo de la niña a su familia. Cerca de 20 mujeres sostenían carteles que llamaban a denunciar a los delincuentes sexuales y a reponer la pena capital.

En tal sentido, cinco diputados UDI anunciaron que presentarán un proyecto a la Cámara para que se reinstaure la pena de muerte en el país. El gobierno dio por cerrado el tema, sin posibilidad de debate.

El lunes 17 de febrero de 1986, a las 19.45, dos trenes de pasajeros chocaron de frente en el sector del puente Queronque, a pocos kilómetros de Limache, en la V Región. El saldo total fue de 58 personas fallecidas y 510 heridas. Es la mayor tragedia ferroviaria del país.

Entre las víctimas del accidente estaba el hermano de Juan Saavedra, el detenido por el crimen de la niña Francisca Silva. También murió su madre, quien estaba embarazada. Saavedra y su padre se salvaron, porque estaban en uno de los últimos vagones del convoy.

En el accidente chocaron el tren expreso AES-16, que viajaba desde Valparaíso hacia la Estación Mapocho, y el tren AES-9, que se trasladaba desde Los Andes hacia el Puerto. Entre ambas máquinas transportaban a mil personas. Se estableció que el accidente se debió a que, pocos meses antes, el MIR hizo explotar una bomba en uno de los puentes ferroviarios del sector, por lo que ambos trenes compartieron el mismo carril.

Los choferes no pudieron coordinarse porque, según se determinó, delincuentes habían robado los cables de cobre que permitían la comunicación.