La marea populista europea da su primer examen en las elecciones de Holanda
Las miradas están puestas en el resultado que logre el candidato ultraderechista y antiislam Geert Wilders, el "Trump holandés".
Los analistas y políticos europeos ven las elecciones holandesas de hoy como un termómetro para detectar cuánto ha subido este año la fiebre populista en el Viejo Continente, después de un 2016 que estuvo marcado por los triunfos del Brexit (en el referendo para la salida de la Unión Europea en Reino Unido) y de Donald Trump en las elecciones estadounidenses. Y el mercurio de este indicador son los votos que saque el candidato ultraderechista y antiislámico Geert Wilders y su colectividad, el Partido de la Libertad (PVV).
Los comicios de Holanda podrían mostrar si acaso ya va en retirada la marea populista o si, por el contrario, aún tiene fuerzas suficientes, considerando que se llevarán a cabo poco antes de las elecciones de Francia y Alemania, donde fuerzas de ultraderecha amenazan con revolucionar el tablero político.
Aunque Wilders está en los sondeos ligeramente por detrás del primer ministro Mark Rutte, el que convierta a su partido en la segunda fuerza política del país ya es un triunfo para él. De hecho, por ahora el líder populista solo puede contentarse con un lugar destacado en la futura oposición holandesa, ya que incluso si gana será casi imposible que logre formar gobierno.
El lunes, antes del debate televisado, Rutte, del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD, derecha), sostuvo que "quiero que Holanda sea el primer país en detener a la tendencia de mal populismo, a interrumpir el efecto-dominó" que se inició con el Brexit y continuó con la victoria de Trump.
Así utilizó una metáfora futbolística para explicar la situación en el país en el contexto europeo. "Estas elecciones van a ser los cuartos de final para impedir una victoria del populismo. Las semifinales tendrán lugar en Francia en abril y mayo" (primero y segundo turno del voto en ese país) y "la final está en cambio en agenda en septiembre en Alemania".
Por eso el primer ministro, que busca su tercer mandato, pidió a los electores "luchar con todas las fuerzas" para evitar que mañana "el país se despierte teniendo como primer partido al de Geert Wilders". El PVV promueve entre otras cosas cerrar las fronteras a los inmigrantes musulmanes, cerrar las mezquitas y prohibir la venta del Corán.
Wilders ha sido calificado como el "Trump holandés" por sus propuestas contra los musulmanes y quiere sacar a Holanda de la Unión Europea, algo que ninguna otra fuerza política holandesa propugna.
Además el eslogan "Make the Netherlands Great Again" (Hacer a Holanda grande otra vez), es el mismo utilizado por Trump en EE.UU. y fue repetido una y otra vez por Wilders, cuyo programa electoral es de sólo una página, con diferentes propuestas donde la primera de ellas es "desislamizar" a Holanda.
Los últimos días de campaña se vieron marcados por un enfrentamiento diplomático entre Turquía y Holanda, luego que La Haya le prohibió a ministros turcos hacer campaña en suelo holandés para un próximo referéndum.
El Presidente turco Recep Tayyip Erdogan amenazó ayer a Holanda con más represalias en medio de la grave crisis diplomática y criticó al país por la matanza de Srebrenica de 1995, lo que La Haya calificó como una "falsificación nauseabunda de la Historia". En un discurso, Erdogan habló de la matanza de Srebrenica en 1995, en la guerra de Bosnia, que los cascos azules holandeses de la ONU no lograron impedir. "Conocemos a Holanda y a los holandeses por la matanza de Srebrenica. Sabemos cómo es su moral"; está "quebrada por los 8.000 bosnios que fueron masacrados (a manos de los serbios)", dijo.
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