La mayor firma lechera del país mira a la Bolsa y busca triplicar producción
Tras seis años en Chile, la empresa de capitales neozelandeses Manuka cree que la decisión de invertir en el país fue acertada y anticipa sus planes hacia 2019.
Seis años después de llegar a Chile, Manuka, la mayor productora de leche del país y de propiedad de inversionistas neozelandeses, saca cuentas alegres y quiere ir por más.
La visión de Arthur Bryan, uno de los cuatro directores de la compañía, es muy clara: la decisión de venir a este lado del mundo fue acertada, no tienen límites para seguir creciendo y abrirse al mercado de valores es una opción que ya está sobre el escritorio.
Crecer a paso firme
Fue en 2005 cuando 15 agricultores neozelandeses llegaron al país buscando tierras para producir leche bajo el sistema de praderas.
Comenzaron con 180 hectáreas y hoy cuentan con 22.500 hectáreas distribuidas en las regiones de Los Lagos y de Los Ríos. De esa cifra, 7.000 hectáreas son las que están activas en términos productivos y en los próximos ocho años deberían llegar a las 16 mil hectáreas.
"No hay razón para que la compañía no alcance esos niveles", dijo Bryan en el Dairy Innovators Forum 2011, realizado la semana pasada en Australia, según reportó el portal australiano Farm Online.
El gran salto lo dieron en 2008, cuando compraron la Hacienda Rupanco -la que hoy se llama Hacienda Coihueco, en honor al río que la cruza- y se convirtieron en los principales productores lácteos del país. La firma tiene activos cercanos a US$ 300 millones, tiene 35 lecherías y 215 empleados.
Arthur Bryan explicó que el año pasado produjeron 82 millones de litros y que hacia 2019 el plan es prácticamente triplicar esa cifra, llegando a un volumen entre 220 y 240 millones. Para cumplir ese objetivo, deberán aumentar su masa ganadera, que hoy alcanzaría las 17.500 vacas, y multiplicarla hasta bordear las 43 mil cabezas.
En comparación, el holding Bethia, controlado por Liliana Solari, socia de Falabella, es el segundo mayor productor de leche del país, con una masa ganadera de aproximadamente 6.500 vacas.
Dentro de ese contexto, Bryan señaló que están interesados en recaudar fondos para seguir desarrollando y ampliando sus operaciones y, que si bien hoy son una firma cerrada, "ponerla en el mercado de valores chileno no es algo que esté tan lejano", consignó el portal Farm Online.
"Creemos que Manuka hoy está en una posición donde podemos dar la bienvenida a cualquier inversionista de afuera sin ningún tipo de vacilación", puntualizó.
La opción Chile
No sólo la similitud del clima entre Nueva Zelandia y el sur de Chile fue lo que atrajo a los dueños de Manuka. El competitivo precio de la tierra jugó un rol determinante. El director de la compañía lo graficó así: mientras el precio más alto que pagaron en Chile fue de $ 1.170.247 por acre (0,4 hectáreas), en Nueva Zelandia un paño del mismo tamaño puede llegar a costar $ 5,3 millones.
Además, destacó que fue una buena idea invertir en este lado del mundo debido a que el país acoge bien a la inversión extranjera y tiene un sólido y eficiente sistema tributario, lo que facilita la inversión y la operación de capitales externos.
Bryan sostuvo que uno de los desafíos fue ganar la aceptación de las comunidades cercanas a sus lecherías. "Es fácil generar mala prensa cuando estás comprando sus tierras; la gente quiere ver lo negativo y tienes que manejarlo", señaló. Con todo, añadió que la compañía ha ido generando un progreso en su reputación local.
Replicando el modelo
En el sur de Chile su operación se ha enfocado 100% en la producción de leche a través del sistema de praderas, un modelo que les ayuda a enfrentar los vaivenes del negocio, como el alza de los insumos necesarios en el sistema tradicional de producción láctea y en las fluctuaciones del precio de la leche.
Bajo ese modelo, han apostado a usar el pasto como principal fuente de nutrientes en vez de alimentar el ganado, con fórmulas alimenticias compuestas por maíz y trigo, entre otros ingredientes.
Adicionalmente, se enfocaron en maximizar el margen por hectáreas y producir en primavera para hacer calzar la demanda de pasto con la oferta. Todo con el objetivo de bajar costos. "Los granos son utilizados en el 90% de la producción lechera mundial. Un atractivo de Chile es que no necesitábamos tanto de ellos", dijo Bryan.
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