La mitad de los hospitales en República Checa podrían cerrar en marzo

Un 20% de los médicos que trabajan en salud pública, amenaza con dimitir en demanda por mejoras salariales.




La mitad de los hospitales de la República Checa podrían dejar de funcionar a partir de marzo debido a una demanda salarial del gremio médico. La situación es compleja, un 20% de los médicos que trabajan en recintos de salud pública amenazan con dimitir. Esto significa 100 de los 200 hospitales del país, confirmó hoy Michal Sojka, portavoz de la Cámara Checa de Médicos.

Más de 3.500 doctores checos que ejercen en hospitales, de un total de 16.000, anunciaron que presentarán su dimisión el próximo 27 de diciembre. A partir de esa fecha, los facultativos seguirán en sus puestos durante dos meses y mantendrán la negociación laboral.

Los facultativos reclaman una mejora salarial desde los actuales 2.000 euros, incluidas horas extras y guardias nocturnas, hasta 2.800 euros, pero sin contar con esas medidas extras.

"La Cámara lleva años diciendo que no podemos garantizar el cuidado en los hospitales. Con la dimisión anunciada por los médicos, estos dejan de asumir la responsabilidad por lo que pueda pasar después", añadió el portavoz.

La batalla de los médicos checos no es nueva. Ya que en mayo pasado lanzaron un ultimátum al Ejecutivo mediante la campaña "Gracias, nos vamos", para obligarle a encontrar 120 millones de euros dentro del sistema sanitario con los que mejorar las condiciones salariales.

Si bien los médicos cobran unos 2.000 euros, lo que equivale a tres veces el salario medio del país, "aquellos sin especialización deben contentarse con un salario inicial de 500 euros", declaró Andrej Mikulasik, un estudiante de último año de Medicina.

El presidente de la Cámara Checa de Médicos, Milan Kubek, acusó al Ejecutivo de "escupir en la cara a los médicos" al entender que "por sólo 120 millones de euros el gobierno se arriesga a una crisis sanitaria sin precedentes, mientras que se aprovecha de los pacientes como rehenes para chantajear a los médicos".

Por su parte, el ministro de Sanidad, Leos Heger, pidió a los doctores el viernes, incluso antes del anuncio público de renuncia, que recapaciten y prometió que "todos los recursos que encuentre en el sistema los empleara para salarios". Un estudio de Transparency International (TIC) de 2005 indicó que en el sector sanitario checo se malgastaron ese año cerca de 804 millones de euros.

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