La música latina cierra su año más exitoso en el mundo

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Daddy Yankee y Luis Fonsi en el videoclip de Despacito, el imparable single lanzado en enero pasado.

Despacito y el auge del reggaetón en el mercado anglo, sumado al crecimiento del streaming, configuraron una temporada de marcas inéditas para el pop en español.




El 5 de febrero pasado, antes de su debut en el Festival de Viña y sólo dos semanas después de la llegada de Donald Trump a la presidencia de EE.UU., el colombiano J Balvin revelaba a este medio una meta que, al menos por ese entonces, parecía algo improbable, descabellada incluso. "Quiero romper la barrera del inglés y el español, simplemente hacer música para el mundo y abrirme puertas en niveles donde nadie lo ha intentado", declaraba el reggaetonero, quien hoy, diez meses después, puede jactarse de haber cumplido con creces el objetivo autoimpuesto.

El solista de Medellín, el mismo que hace una década se ganaba la vida pintando casas y paseando perros como inmigrante en Nueva York, es uno de los principales responsables de la expansión planetaria del pop latino -o al menos de una parte de éste- así como de su inédita conquista de mercados angloparlantes, como Estados Unidos e Inglaterra. Un nuevo escenario que terminó de configurarse durante los últimos doce meses, impulsado en gran medida por su single Mi gente y también por Despacito, el hit global de Luis Fonsi y Daddy Yankee, que hoy tienen a todos los continentes bailando y cantando al ritmo del castellano.

Ambas canciones marcaron un hito en los 59 años de historia del ránking Billboard, el tradicional listado que oficializa el éxito de un tema en el mercado anglo, que por primera vez tuvo este año a dos éxitos simultáneos en el Top 10 cantados en un idioma que no fuera inglés. Y si en 2016 hubo dos singles en español que debutaron en el Hot 100 de Billboard -La bicicleta de Carlos Vives y Shakira y With you tonight de Nicky Jam- en 2017 han sido once. Una situación especialmente llamativa para un país cuya administración ha dado diversas señales contra la inmigración, con énfasis en la población latina.

Y aunque ha transcurrido más de una década desde que el género urbano -como se conoce a todos los ritmos emparentados con el reggaetón- dejara de ser parte del underground centroamericano para volverse prioridad de los grandes sellos discográficos de la región, hoy ese pop latino ha logrado una globalización casi definitiva. Así lo demuestra el último balance anual de Spotify, el mayor servicio de música en streaming del planeta, donde la reproducción de canciones de origen latinoamericano aumentó un 110% en todo el mundo durante los últimos doce meses.

Además, de acuerdo a los registros de la misma plataforma, dos canciones de este lado del mundo llegaron por primera vez al número 1 global -las mencionadas Despacito y Mi gente-, dentro de un total de diez temas latinos que se ubicaron en su Top 50 mundial. En tanto, Daddy Yankee rompió otra barrera al convertirse en el primer artista de habla hispana que termina ocupando un puesto entre los diez nombres más escuchados del año en la aplicación -superando a Coldplay y Bruno Mars-, con más de 2.600 millones de reproducciones y el título del cantante más escuchado en el mes de julio.

"Hasta hace no mucho la gente descubría nuevas canciones en medios masivos como la radio, que por lo general ignoraba lo que ocurría fuera del mundo anglohablante. Pero ahora, el consumo digital ha permitido mayor acceso a un catálogo mucho más diverso en cuanto a ritmos y origen", consigna el diario británico The Independent en un reciente artículo sobre el boom latino, también presente en Reino Unido, donde el quinteto CNCO vive días de gloria gracias a su exitoso remix de Reggaetón lento junto a las locales Little Mix.

La unión hace la fuerza

Hasta el año pasado, la llegada del pop en español al Hemisferio Norte se reducía a anecdóticos "one hit wonders" (artistas de un solo éxito), como La bamba de Los Lobos (1987), Aserejé de Las Ketchup (2002) y Macarena de Los Del Río (1993), las únicas tres excepciones hispanohablantes que alguna vez encabezaron ránkings de popularidad en el mercado anglo.

Pero además de Balvin, Fonsi y Daddy Yankee, otros latinoamericanos han conseguido hacerse un nombre -así como buenos volúmenes de ventas y ejecuciones- en Estados Unidos e Inglaterra durante esta temporada. Es el caso del puertorriqueño Wisin, cuyos últimos sencillos se ubican entre lo más escuchado de 2017 en Chile y Latinoamérica pero también en la tierra del Tío Sam, el tercer país donde más se escuchó su pegajosa Vacaciones este año, sólo por detrás de México, España y Argentina. Lo mismo Felices los 4, del colombiano Maluma, cuyo tercer "mejor consumo global" fue en Estados Unidos, según datos de Sony Music.

Éste último sigue los pasos y la fórmula de Fonsi y J Balvin, quienes este año estrenaron reversiones de sus éxitos junto a Justin Bieber y Beyoncé, respectivamente. Así, en los últimos meses, Maluma sumó a sus habituales colaboraciones con estrellas de la región -como Shakira o Ricky Martin- nuevos sencillos junto a raperos estadounidenses, como French Montana y Flo Rida, con quienes comparte en videoclips donde se celebra el imaginario latinoamericano (o al menos la visión estadounidense de éste).

Y aunque hasta ahora ha necesitado de este tipo de alianzas con artistas estadounidenses o británicos para su expansión planetaria, no son pocos los que vislumbran un futuro aún más auspicioso para el reggaetón. "Esto pasó de ser un subgénero desapercibido a un elemento que alteró todo el mercado", aseguró a la prensa británica Rocío Guerrero, del área de Culturas Globales de Spotify. "Esperamos ayudar al crecimiento de otros géneros y usar nuestra plataforma para ir borrando la barrera entre reggaetón y música latina en general", añadió.

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