La nueva temporada de Fórmula Uno se inicia con un futuro incierto
Los cambios en los motores y lo que dejaron los entrenamientos de pretemporada hacen imposible hacer pronósticos.
La temporada 2014 de Fórmula 1, que comenzará el 16 de marzo con el Gran Premio de Australia, se presenta con un futuro incierto por el desigual rendimiento de los nuevos motores V6 turbo-híbridos, algo que puede revolucionar el status quo de la disciplina.
Tres constructores, Renault, Mercedes y Ferrari, respondieron al desafío lanzado por la Federación Internacional del Automóvil (FIA): reavivar el interés por la Fórmula 1, tras cuatro años de monopolio de Red Bull, con un motor más pequeño (de 1,6 l. de cilindrada), turbocomprimido y equipado de dos sistemas de recuperación de energía.
Los ingenieros de las 11 escuderías que se mantienen en competición a pesar de la crisis tuvieron que superar el desafío técnico que supuso el nuevo reglamento, con el diseño y la posterior construcción de nuevos monoplazas capaces de funcionar igual de bien, o incluso mejor, que los de los últimos años.
Los coches deben ser, además, iguales de rápidos, pese a tener más riesgos de calentamiento, menos capacidad aerodinámica y tener que consumir menos combustible.
En los ensayos invernales, en Jerez y Bahréin, se han probado los nuevos monoplazas, en los que desde el punto de vista estético destacan los diferentes morros diseñados por los equipos para adaptarse al nuevo reglamento.
Pero la principal conclusión que se puede extraer de los entrenamientos de pretemporada es que ningún equipo está realmente preparado para hacer frente al campeonato.
Ni siquiera Mercedes-AMG, que parte como favorita viendo el número de vueltas que han dado sus coches y los tiempos marcados por Lewis Hamilton y Nico Rosberg.
La otra gran conclusión es que Red Bull, el equipo que ha ganado en los cuatro últimos años, comenzará en 2014 con un retraso que Helmut Marko, el consejero especial de Dietrich Mateschitz, el rey de la bebida energética, calcula en dos meses con respecto a otras escuderías.
Ni siquiera el talento del alemán Sebastian Vettel, campeón del mundo en las cuatro últimas temporadas, parece ser suficiente para evitar, previsiblemente, los malos resultados del equipo, sobre todo al inicio del campeonato.
Ese previsible mal comienzo de Vettel podría aprovecharlo el español Fernando Alonso, que busca su primer título con Ferrari, el tercero de su carrera, pero el rendimiento de los coches italianos también es una incógnita.
Un recuerdo para Schumacher
Pero la Fórmula 1 no es una ciencia exacta, por lo que la revolución tecnológica podría deparar sorpresas, como el buen rendimiento de Williams, para felicidad de los millones de seguidores de este deporte, que en los últimos años se han ido alejando por el dominio absoluto de Red Bull, propiedad de la empresa del mismo nombre, experta sobre todo en márketing.
Para aumentar las audiencias, que bajaron un 10% en 2013, entre los 22 pilotos de la parrilla regresará el japonés Kamui Kobayashi (Caterham), muy popular en su país, y habrá tres debutantes: el sueco Marcus Ericsson, también en Caterham, el ruso Daniil Kvyat (Toro Rosso) y el danés Kevin Magnussen (McLaren).
Entre los elegidos siguen los cuatro alemanes (Vettel, Rosberg, Hülkenberg, Sutil), tres británicos (Hamilton, Button, Chilton), tres franceses (Grosjean, Vergne, Bianchi), dos finlandeses (Raikkonen y Bottas) y dos mexicanos (Pérez y Esteban), tal como ya ocurrió en 2013, pese a que los asientos están cada vez más caros en Fórmula 1.
Forzosamente, todos ellos tendrán un recuerdo en Melbourne, en la primera carrera del año, para el más grande, el alemán Michael Schumacher, que ganó el campeonato en siete ocasiones (récord de la disciplina) y que sigue ingresado en un hospital de Francia desde que sufriese un accidente de esquí en las pasadas Navidades que le dejó en coma.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.