La otra carrera del maratón

Con bajar de las dos horas en el horizonte, la plusmarca del domingo reabrió el debate: ¿qué influye más en el reto? ¿el escenario, el atleta o los avances de la ciencia?




En los deportes hay marcas que se convierten en obsesiones para deportistas y el mundo en general. Pasó en los 100 metros planos y los 10 segundos, por ejemplo.

Ahora se pone de moda la discusión sobre las dos horas del maratón. La situación no es nueva, pero cada vez que alguien quiebra el récord mundial, reflota la inquietud que en 1991 intentó dilucidad el fisiólogo Michael Joyner.

El especialista de la clínica Mayo aseguró que, dadas ciertas condiciones físicas y de carrera, se podría cubrir los 42,195 kilómetros en 1.57'58", sin poner un plazo determinado.

Pero eso no se cumpliría, ni siquiera bajar las dos horas, en menos de 12 años, según una actualización del estudio hecho por el  mismo Joyner en 2010. Fundamentalmente, su vaticinio lo apuntaba a la estabilización de marcas en los años.

Actualmente, ya no sorprende que un ganador de alto rendimiento en el maratón detenga el reloj bajo los 2.10', pero no es suficiente aún. Por eso, el registro del keniata Dennis Kimetto en Berlín se aproxima bastante a la nueva obsesión del maratón.

Lo sucedido el domingo pasado es, quizá, lo más cercano a esto, no sólo por el tiempo. El maratón de Berlín se ha convertido en el escenario ideal para romper a futuro el récord, gracias a sus condiciones climáticas, su ambiente de público y un trazado amigable al atleta y que cumple con los requisitos de la IAAF.

Además están los atletas. Casi como una tiranía, los keniatas y los etíopes se han convertido en dominadores de la distancia, gracias a que parten desde pequeños a correr, no por deporte, sino por subsistencia.

Es casi seguro que de esa zona africana, con planicies de altitud, saldrá el que rompa esa barrera. De hecho, Joyner aseguraba en su estudio que quien lo haga debería medir entre 1,64 y 1,76 metros y deberá pesar entre 51 y 61 kilos, además de estar expuesto mucho tiempo a condiciones de altitud y trabajo físico.

Así, es cosa de esperar un poco más de una década que esa marca caiga. Si es que no llega antes.

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