La primera Biblia completa en sistema braille llega a Guatemala

El texto fue elaborado durante seis meses en una imprenta especial en Alemania.




La primera Biblia completa en el sistema braille llegó a Guatemala para cumplir el sueño de muchas personas con discapacidad visual, como el caso de Carmen Reyes, que desde hace más de 40 años anhela leer el libro que relata, desde un punto de vista religioso, la creación del universo.

El texto fue elaborado durante seis meses en una imprenta especial en Alemania. 

La Sociedad Bíblica de Guatemala (SBG) ha sido la responsable de donar este valioso documento a la Biblioteca Nacional "Luis Cardoza y Aragón", en donde podrá ser leído por hombres y mujeres con problemas visuales.

En la Biblioteca Nacional, fundada hace unos 133 años, existen más de 125.000 títulos y ahora la única Biblia en braille en el país centroamericano.

El director de la SBG, Saúl Sosa, explicó a Efe que la traducción se realizó de una Biblia en español y que el costo es de "miles de dólares".

El volumen está en 40 fascículos de 30 centímetros de lado que, juntos, llegan a medir, en forma vertical, más de dos metros y a pesar unos 40 kilos.

"Esta es la primera vez que entregamos una Biblia completa en braille", aseguró Sosa, y comentó que su organización cuenta con una pequeña máquina para realizar esas traducciones, pero el proceso sería tan lento que "nos tardaríamos años".

Sostuvo que la SBG pertenece a la Sociedad Bíblica Unidas que funciona en muchos países de Europa y América Latina y que uno de sus compromisos es la traducción de dicho libro religioso a varios idiomas.

La donación de la Biblia forma parte del proyecto "Club de Lectura Braille", que la Sociedad Bíblica inició en septiembre de 2014 y en el que participan unas 25 personas invidentes un jueves cada 15 días.

A este Club pertenece Carmen Reyes, de 50 años, quien a los 3 perdió la visión debido a un sarampión, según relató a Efe.

"Para mí es una oportunidad, yo desde niña quería leer la Biblia, yo la escuchaba en la radio, pero no es igual que leerla. Es un sueño cumplido, ahora lo entenderé mejor, me daré el gusto de leer lo que siempre deseé", aseguró esta mujer, de condición humilde, pero con una gran sonrisa por la emoción de poder descubrir los enigmas del libro sagrado.

Reyes explicó que todos los jueves, solitaria, se traslada desde la colonia El Esfuerzo, en el sur de la capital, para participar en el Club de Lectura.

Andrés Zamora, coordinador del Club de Lectura en Braille, dijo a Efe que en este grupo están integradas personas no videntes de la capital y de los departamentos de Jalapa y Jutiapa, entre otros.

El director de Rehabilitación y Educación del Comité Pro Ciegos y Sordomudos de Guatemala, Edilzar Castro, comentó que la donación de la Biblia en braille es una acción que viene a dar oportunidades de desarrollo a las personas con discapacidad visual.

"Va a contribuir a la formación espiritual y de valores que tanto necesita en este momento el país", declaró a Efe.

Guatemala "es un país sin estadísticas" sobre población con discapacidad, pues solo se calcula que existen 110.000 con problemas de visión, pero los niños de 0 a 5 años representan el 22 por ciento y no están en esta lista, refirió.

Según Castro, el mayor número de casos de discapacidad visual se registra en regiones del suroeste del país centroamericano donde existe más pobreza y falta de servicios.

Comentó que la institución que dirige atiende en la actualidad a 1.480 niños con discapacidad visual o auditiva en los departamentos de Quetzaltenango, Retalhuleu, Zacapa y Alta Verapaz a través de la educación primaria en la Escuela Santa Lucía.

La Escuela Santa Lucía, que funciona en esas regiones, "es la única en Guatemala que educa a niños de primero a sexto grado de primaria", agregó, y explicó que muchos de estos menores se han graduado de maestros y otros incluso han llegado a la universidad.

"El cielo y la tierra, y todo lo que hay en ellos, quedan terminados", es parte de lo que dice el capítulo 2 del libro de Génesis que Carmen Reyes leyó con sus dedos.

"Ahora ya podré leer con mi esposo que tampoco ve", concluyó.

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