La Roja busca su destino
Chile enfrenta esta noche a Argentina en su estreno en la Copa como campeón vigente en un escenario poco cómodo: sin gol y con derrotas seguidas a cuestas.
La vara está muy alta. La exigencia interna y externa también. Como viene ocurriendo con este grupo de jugadores en cada antesala de una competencia mayor, aunque esta vez con un detalle que no puede soslayarse. Porque llegar a un torneo continental como el último campeón sudamericano supone toda una novedad para una selección chilena. Aunque para la estadística, la Roja recién defenderá el título conseguido en casa hace un año en 2019, cuando la Copa América se dispute en Brasil, lo cierto es que el combinado dirigido por Juan Antonio Pizzi se pasea por Estados Unidos con la ropa del monarca. Y eso supone estar a la altura de las circunstancias.
Por ello, la exigencia es suprema. La excusa del poco tiempo de trabajo se acabó y el equipo debe intentar lucir como aquel rival temible capaz de asombrar al mundo entero. Sobre todo porque después de mucho tiempo la Selección cuenta con todos sus mejores jugadores, incluyendo a Charles Aránguiz.
En ese contexto, Chile aguarda su estreno en la Copa América Centenario. Y lo hace como uno de los favoritos, un rótulo que se ganó por lo hecho en los últimos años con Sampaoli y que tuvo como momento cúlmine la consagración en Santiago.
Como un guiño del destino, el debut en la tierra del Tío Sam será justo ante el rival contra el que se coronó el año pasado en el Estadio Nacional. La Argentina de Martino estará otra vez frente a la pandilla de Vidal, Sánchez y Medel, tal como ese recordado 4 de julio de 2015. Eso sí, las caras de ambas selecciones lucen algo deslavadas en comparación al duelo que sostuvieron en Ñuñoa.
Por el lado de la Roja, el cambio de maquillaje que supuso pasar de un técnico como Sampaoli a Pizzi ha traído contratiempos. Aunque el equipo intenta mantener algunos de los lineamientos que sostuvieron el proceso del casildense, como la intensidad y la presión en campo rival, lo cierto es que los resultados no han sido los esperados. Apenas una victoria en cuatro partidos acumula el DT en el banquillo chileno, una estadística bastante pobre.
Pero dejando de lado los pobres resultados, la preocupación del técnico apunta a la falta de contundencia del equipo. En los dos últimos partidos, ante Jamaica y México, Chile se creó muchísimas ocasiones para convertir, pero apenas concretó una. Y aunque suene paradójico, tamaña farra frente al arco rival trajo como primera consecuencia de cara al duelo ante los albicelestes la renuncia de parte del técnico del centrodelantero.
Pizzi, dejando de lado sus convicciones, no alineará ante Argentina ni a Pinilla ni a Castillo, sus dos referentes de área en el plantel, y recurrirá a Eduardo Vargas, el talismán de Sampaoli. Es decir, la idea de jugar con un centrodelantero natural duró exactamente lo que tardó el equipo en perder dos partidos consecutivos.
Martino, por su parte, tampoco tiene demasiados motivos para estar tranquilo, más allá de que en los últimos encuentros eliminatorios logró capturar oxígeno con un par de victorias, una de ellas justamente frente a Chile. Pero la presión de ganar un título a nivel de selección adulta que se les viene negando desde hace 23 años, ya supone una mochila bastante pesada. Y si a eso se le suma la casi segura ausencia de Messi en el estreno por una dolencia física, sin duda que el escenario no le permite al Tata estar demasiado tranquilo.
Chile salta a la cancha del Levi's Stadium en Santa Clara con la responsabilidad de ratificar su condición de campeón. Habrá que ver si este grupo de jugadores, prácticamente los mismos que obtuvieron la Copa América hace un año, son capaces de demostrar que el cambio de mando no traerá consigo un retroceso, sino simplemente una forma distinta de jugar al fútbol. Argentina será, otra vez, el parámetro para saber cuál es el camino.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.