La Roja contra la pared

Chile enfrenta a Bolivia en Boston (19 horas) con la obligación de ganar para seguir en carrera. Pizzi hará tres cambios en el equipo. La novedad será el regreso del manoseado '9'.




La Selección no tiene paz. Y claramente le urge encontrarla cuanto antes, si no quiere devolverse con viento fresco a Chile en primera ronda. Allí, en Boston, inmersa en un mar de dudas por la seguidilla de malos resultados, contaminada por los cabreos de los propios jugadores y demasiado pendiente de la resolución del tema de los premios (a esta altura el partido más importante para algunos jugadores), la Roja se juega buena parte de su clasificación a cuartos de final de la Copa América Centenario frente a Bolivia.

Escenario complejo. Impensado hasta hace algunas semanas. En realidad, hasta que se advierten señales que encendieron las alarmas, como lo fueron la derrota ante Jamaica en Viña del Mar y ciertos signos de relajo en la preparación del equipo, que disfrutaba de tantas horas de entrenamiento como de descanso.

Hoy, Chile juega su primera final del torneo, cuando recién se cumplirá la segunda jornada. Así están las cosas para la Roja. Es cierto que la derrota en el primer partido, desde el punto de vista histórico, no debe llamar tanto la atención, puesto que jamás se le ganó a Argentina en Copa América. Sin embargo, los síntomas que se aprecian dentro y fuera de la cancha preocupan. Y bastante. Aquel equipo granítico y solidario, se convirtió de pronto en una suma de voluntades que no alcanza para sobreponerse a situaciones futbolísticas que le presenta el rival.

Lo que mostró ante Argentina abrió la duda sobre la capacidad de este equipo para salirse del libreto inicial. A la primera adversidad, el técnico y los jugadores quedaron atrapados en sus propias dudas. Ni desde dentro ni menos desde fuera saltó la ayuda.Entonces, frente a esa anarquía, apareció el desorden posicional de algunos futbolistas.

Es verdad que el rival de esta noche en el Gillete Stadium, el hogar del famoso equipo de fútbol americano New England Patriots, suena propicio para una recuperación, al menos, anímica. Y de paso futbolística, viendo la enorme diferencia de plantel entre uno y otro. Pero el tema va más allá de un buen resultado. Chile debe volver a ser Chile, ese equipo que encantó al mundo con prácticamente estos mismos jugadores. Y Pizzi debe demostrar que puede ordenar y especialmente elevar a su máximo nivel a un plantel que reclama un líder activo.

Por lo pronto, Macanudo, entre la obligación y la vuelta a las raíces, decidió introducir tres cambios en el equipo de cara al duelo con los altiplánicos. Las lesiones de Eugenio Mena y Marcelo Díaz, y la baja actuación de Vargas ante los transandinos, llevaron a Pizzi a mover el tablero. Pero la modificación principal tiene que ver con la introducción del manoseado delantero de área, del que justamente prescindió en el estreno.

Esta vez, con el agua al cuello, el técnico vuelve a insistir con la presencia de Mauricio Pinilla en el equipo titular. Más que convencido, Pizzi sabe que ante un rival que saldrá con muchos hombres a defenderse tiene que poner a un especialista en el área. Y en ese sentido el ariete del Atalanta corre con ventaja, especialmente por los dos goles ante Venezuela en marzo pasado.

Así está Chile, contra la pared y con la clasificación en juego. Pizzi y los jugadores están convencidos de que esta mala racha es sólo pasajera. La realidad en la cancha por ahora indica otra cosa. La Roja busca, de una buena vez,  la paz en Boston.

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