La sal como destrucción: la obra de Raimundo Rubio llega al Bellas Artes

Pinta desde los diez años. A los 24 se fue a vivir a Estados Unidos y hace dos le llegó una inesperada invitación para exponer en el Museo Bellas Artes. La artista y gestora cultural Yael Rosenblut fue quien le mostró el portafolio de Raimundo Rubio (60) a Roberto Farriol, director del museo. Un año y medio después, tras una llamada telefónica, llegaron a un acuerdo. En principio, la idea era traer el trabajo completo de Rubio, incluyendo su trayectoria de más de 40 años en la pintura. Finalmente optaron por su última faceta: instalaciones y fotografías.

Antes de que muriera su madre, el 2011, Raimundo Rubio venía a Chile a verla especialmente. Siempre se iban juntos al norte del país. En 2008 tomaron un bus desde Iquique a un cementerio antiguo en el desierto. En una parada, se encontraron con un valle de cristales salinos que inspiraron a Rubio para hacer su actual trabajo.

De regreso en Nueva York, ciudad donde vive desde 1999, entró a su estudio y comenzó a experimentar. Llenó una olla con agua y sal y la revolvió hasta tener una solución soluble. Luego instaló un ventilador, una lámpara caliente y usando una botella con rociador, comenzó a cubrir zapatos, relojes, su estudio completo. Así, fue dando un aspecto blanquecino y granulado a las cosas, transformando sus instalaciones en fósiles para, según cuenta, representar el desastre medioambiental causado por el capitalismo.

La idea funcionó y de a poco fue sumando objetos y naturaleza muerta al experimento.

Así, en 2009 debutó exponiendo en este formato, por el encargo de una organización estadounidense que realiza programas culturales en edificios desocupados.

Rubio viene de una familia de poetas. Es hijo del Premio de la Academia Chilena de la Lengua, Alberto Rubio, y hermano del Premio Municipal de Santiago de Poesía, Armando Rubio. A pesar de que siguió el camino de las artes visuales, la poesía siempre ha estado presente en su obra.

¿Cuál es el efecto de la poesía en su trabajo?

Para mí, esto es poesía visual. Esto es muy poético, melancólico, el fin de una era, no sé si lo ves. La luz de la mañana te da la esperanza de un nuevo mundo, en esas ramas muertas, está todo muerto, la mariposa muerta, moribunda. Es una cosa melancólica, negativa, pero esa luz que pasa por el lado es la esperanza.

¿De dónde surgió el interés por la fotografía?

Una mañana me levanté y entraba la luz entre las instalaciones. Me pareció muy bonito y dije esto hay que fotografiarlo. Como un registro, nunca pensé hacer una exposición sobre las fotos. Primero tenía una cámara ridícula de 5 mega pixeles,  porque me interesaba hacer un registro digital y chao. Pero cuando la curadora que me invitó a exponer vio las fotos, me dijo que también iban. Por eso les pondré registro fotográfico. No quiero insultar a otros fotógrafos.

¿Se considera esencialmente un pintor?

Ahora me doy cuenta de que ser fotógrafo y ser pintor es lo mismo. Es composición, luz, forma, lo mismo.

Aunque no ha dejado de investigar en la pintura, su faceta inicial y en la que se mantuvo hasta el 2008, ahora está dedicado a experimentar con este nuevo formato y su método. Para lograr la cobertura, cada objeto necesita entre 200 y 300 rocíos de agua con sal en intervalos de dos horas, pero para la exposición tuvo que acelerar el proceso.

Llegó a Chile el 16 de diciembre y hasta el lunes 16 de enero, trabajó todos los días montando, recolectando madera e insectos de la playa y comprando objetos en tiendas de antigüedades. Por eso, aunque las fotos que acompañan las instalaciones las sacó en muestras anteriores, dan la pauta para que el público sepa de dónde vienen las imágenes, que están ordenadas según una coherencia visual.

La próxima semana volverá a Estados Unidos y aún no sabe qué pasará con las instalaciones después de la exposición. Quizás pida que las tiren a la basura, las donen a alguna organización, hagan una exposición itinerante o deje que el museo decida. Por mientras, espera que el público reciba su mensaje.

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Santiago, 19 01 17

Obra "A traves del ojo del pintor" en el Museo de Bellas artes, del Artista Visual Raimundo Rubio Huidobro

FOTO: JOSE LUIS MUÑOZ / LA TERCERA[/caption]