La UC le arrebata a la U el sueño de una hazaña

Fuenzalida_gol_UC

Los cruzados se repusieron de un 3-1 y terminaron rescatando un empate a tres para abrochar la clasificación a semifinales de la Copa Chile. Los yerros defensivos fueron la perdición de los azules.




Cuando Vilches reaccionó como una tortuga y le permitió a Fuenzalida marcar el 3-3 definitivo, las ilusiones de una U encendida se destruyeron. Tanta pelea, tanta entrega. Tanto sudor y tantos goles... para nada. En cosa de minutos, los errores defensivos acabaron con el sueño de una hazaña.

Universidad de Chile merecía el triunfo y Universidad Católica, una derrota. Hay días, sin embargo, en que el fútbol se opone a los mejores, como pasó en este cierre de los cuartos de final de la Copa Chile. Los cruzados ya están en semifinales, gracias a su falta de misericordia con los yerros del rival.

Tres equivocaciones defensivas se tradujeron en goles de la UC. El balón detenido le pena al Romántico Viajero. Y dos llegaron a los 72' y a los 75', cuando el marcador estaba 3-1 para los locales y la definición a penales asomaba en el horizonte.

Un castigo doloroso para los azules, que se pusieron en ventaja a los 40', gracias al oportunismo de Mora. La Gata Fernández, a los 58', colocó el 2-0 y avivó la esperanza del #LoDamosVuelta que patentaron los fanáticos del chuncho.

Nico Castillo, a los 61', se coló entre los centrales estáticos de la U y con una palomita puso el descuento, mientras que Matías Rodríguez firmó su mejor noche en mucho tiempo con la camiseta laica, con un golazo de volea (68'). Ese fue el gran problema de los dirigidos por Víctor Hugo Castañeda. No haber aguantado la ventaja decisiva y develar en el peor momento los fantasmas que atormentan una temporada para el olvido.

Gracias a eso llegó la igualdad de Fuenzalida (antes había descontado Lanaro). No sirvió de nada el esfuerzo. La U no perdió, pero sufrió otra jornada de derrota. Sus fanáticos se quedan con el consuelo de que sus jugadores mostraron espíritu, alma, pero también chocan con una triste realidad: que eso es lo único que pueden exigir a esta altura del año.

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