Lang Lang: "Espero que la gente venga a escuchar a Mozart y no a mí"
<font face="tahoma, arial, helvetica, sans-serif"><span style="font-size: 12px;">El pianista más popular del momento toca en mayo en el Teatro Municipal de Santiago.</span></font>
Sus audiencias no siempre se cuentan por cientos. A veces ni siquiera bastan miles. Se ha acostumbrado con el tiempo a eso que los periodistas de rock llaman "audiencias de bandas de estadio". U2 es un grupo de esas características. También, Coldplay y Radiohead. En la música clásica, Luciano Pavarotti fue uno de ellos. Y ahora, este pianista chino de 30 años también toca para las masas, para los que saben y también para los que no saben de Beethoven. No importa, Lang Lang tiene vocación por llegar a muchos.
Su primer y más grande presentación fue la del 8 de agosto del 2008, en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing. No sólo se trataba del público presente en el Estadio Nacional Olímpico, sino que de todos los espectadores que vieron la transmisión. En total cerca de cinco mil millones de personas contemplaron a Lang Lang tocar su piano blanco en medio del césped del estadio conocido como Nido de Pájaro.
¿Que cuál es su opinión sobre tal acontecimiento? Lang Lang lo tiene claro. "Fue uno de los momentos más inspirados de mi vida. Creo que en esa ocasión, ante miles de millones de personas, me sentí presentando una cultura. Lo que yo llamo la cultura del piano", cuenta a La Tercera.
En estos meses, Lang Lang realiza una gira mundial que lo tiene esta semana en Munich (Alemania) y que lo traerá por primera vez en su vida a Sudamérica. Será en mayo y específicamente el lunes 27 tocará en el Teatro Municipal de Santiago, con el auspicio de Telefónica. El recital será con las Sonatas 4, 5 y 8 de Mozart y las Cuatro baladas de Chopin, dos compositores que lleva en el alma. Del primero recuerda en particular su Sonata N° 10, una pieza que le devolvió la fe en su talento cuando a los nueve años un profesor lo expulsó de su clase por considerarlo sin condiciones. Tuvo que llegar otro tutor para sacudirle del abatimiento. Le hizo escuchar una vieja grabación de la pieza y Lang Lang comenzó a tocarla de oído. Desde entonces su carrera ha sido imparable.
Niño prodigio -a los tres años empezó con clases de piano, a los cinco ganó su primer concurso y a los 17 tocaba con la Sinfónica de Chicago-, Lang Lang es actualmente la estrella mundial del piano. Tiene 28 discos repartidos en 10 años de carrera entre tres compañías: Deutsche Grammophon, Sony Classical y Telarc. Toca con regularidad con las mejores orquestas del mundo, sean las Filarmónicas de Berlín, de Viena o Sinfónica de Chicago. Además, lo suelen dirigir las grandes batutas: el argentino Daniel Barenboim, el indio Zubin Mehta o el ruso Valery Gergiev.
Amigo de las chaquetas deportivas, las bufandas de colores y el corte de pelo desordenado, Lang Lang vende además muy bien. Quizás es su virtuosismo musical o su apariencia joven y amable, pero los datos son implacables. Por ejemplo, el mismo concierto de Mozart y Chopin que ofrecerá en Chile fue programado para el 13 de noviembre en el Royal Albert Hall de Londres, la sala más grande de Gran Bretaña. A las 48 horas se agotaron las cinco mil locaciones y hubo que programar otro.
Este tipo de situaciones lo termina ubicando en una nueva categoría. Una que la cadena BBC definió como la del "pianista rockstar". Para la prensa estadounidense es aún más y la revista Time lo ubicó en el 2009 entre las 100 personas más influyentes del mundo junto a Steve Jobs, el Dalai Lama y Oprah Winfrey. Seguramente esto tiene que ver con la fiebre por el piano que su figura ha provocado en China. Según Bloomberg News, 40 millones de niños chinos estudian el instrumento, en general motivados por la fundación que preside el propio Lang Lang.
"Estamos muy orgullosos de este interés por el piano en mi país. Y me gustaría que fueran aún muchos más. Finalmente no importa que todos sean concertistas, sino que la música mejore sus vidas y los haga felices".
Usted tuvo estricta disciplina desde niño. ¿No echa de menos haber tenido una vida más normal?
Más bien diría que experimenté un estilo de vida diferente, muy especial. La música clásica es mi vida y no siento haber perdido nada. Sinceramente.
Ha tocado para el Presidente Obama, la Reina Isabel II y es embajador de la Unicef, ¿Cómo coordina todas sus actividades con el estudio?
Practico todos los días pase lo que pase, sin importar los eventos u obligaciones que haya. Y, bueno, mi agente maneja mi agenda. No crea que hago todo lo que la gente me pide. Sólo acudo a lo que creo es realmente importante.
¿Tiene espacio para otro tipo de música?
Siempre estoy leyendo y releyendo la música clásica. Pero, bueno, además me gusta el jazz: tocarlo, divertirme y explorar.
¿Tiene alguna opinión de Claudio Arrau?
Lo respeto mucho, sobre todo sus grabaciones de Beethoven. Pero debo decir que de pequeño mi ídolo fue Vladimir Horowitz.
Usted es un virtuoso, pero no tocará a Liszt en Chile, que creó las piezas más vistosas del piano....
Mmm, Yo pienso que la gente tiene tantas ganas de escuchar a Liszt como a Mozart o a Chopin. Después de todo, espero que no vengan por Lang Lang, sino que por Mozart y Chopin.
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