Católica tiene el arco cerrado
Los cruzados se estrenaron en el Transición con un opaco empate sin goles con la U. de Concepción. Un partido con final polémico volvió a poner en la mesa la escasez de gol de la UC.
El semestre comenzó para Universidad Católica con interrogantes, unas que se acentuaron luego de la dura caída en la Supercopa, ante Colo Colo. El Torneo de Transición asoma para los estudiantiles como una oportunidad de renovarse, de plantear otra cosa, más allá de que las nuevas caras de su plantilla maticen su estructura.
El debut, ante Universidad de Concepción, no disipó las dudas. Fue un empate 0-0, que volvió a mostrar la escasez de gol de los franjeados. En ese sentido, se insistió con la presencia de Santiago Silva, básicamente por la lesión de David Llanos que impidió su titularidad. El uruguayo no pudo romper su sequía.
En el principio del juego, las pelotas detenidas fueron un dolor de cabeza para el local. Toselli tuvo que intervenir para que el Campanil no abriera la cuenta de manera temprana. El primer tiempo fue bajísimo de la UC. Le costó un montón elaborar y asociarse en campo contrario. Parte de esto se puede explicar por la ausencia de Diego Buonanotte, por suspensión. Pese a que el rendimiento del Enano dista mucho con el que se vio en la consecución del bicampeonato, su referencia es clave a la hora de la generación de fútbol de los precordilleranos. Ese vació no lo pudo llenar un desenfocado Carlos Espinosa.
Buscando el desnivel, los laterales (Espinoza y Cordero) de a poco se fueron soltando más, aunque sus desbordes o centros no causaron peligro en el arco penquista. Además, Jeisson Vargas, quien dejó en la banca a Diego Vallejos, entró poco en el engranaje propuesto por Leonardo Zamora (Mario Salas estaba sancionado y no dirigió). En ese sentido, la falta de gol de los cruzados se hace inevitable.
Tuvieron el 63 por ciento de posesión de balón en el lapso inicial, pero apenas un tiro al arco, que fue en el minuto 42, la primera intervención del Tigre Muñoz en el cotejo. Escasísimo para un club como Católica, que pretende ser protagonista en el campeonato. ¿De qué sirve tener el balón si no hay profundidad? De nada.
El complemento mostró a los cruzados con un ímpetu distinto, con una participación más activa de Jeisson Vargas. Esto también se apoyó en la propuesta del Campanil de esperar y salir rápido de contragolpe. Con más actitud que juego elaborado, la UC se internó en el terreno rival pero no tenía la fineza para penetrar el área de Muñoz. En los 63', Vargas envió un tiro libre a la barrera en la entrada del área. Tres minutos más tarde, otro disparo del 16 terminó en las manos del ex golero de Huachipato.
La Católica era distinta. La pobre presentación del primer tiempo mutó a una actuación más intensa en el complemento. Buscando un revulsivo, Diego Vallejos reemplazó al opaco José Pedro Fuenzalida, mientras que con la inclusión de Magnasco, Espinoza pasó a la banda izquierda y Cordero se adelantó. Pero los minutos se acababan.
Para agregarle más suspenso al final, a tres minutos del epílogo, un remate de Jean Meneses da en Kuscevic, y el árbitro Felipe González sanciona penal por una supuesta mano del zaguero. Tras el cobro, los jugadores cruzados se abalanzaron sobre el juez y el asistente. Al final, González y el línea conversaron y se desistió del penal. Se cobró fuera de juego.
Así se fue el partido. Un deslucido estreno en el torneo para la UC, que necesita mostrar otra cosa si pretende pelear por el título. Y por cierto, hacer goles.
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