Las hermanas pobres del polo

No hay torneos para mujeres en Chile y las mejores nacionales no superan el hándicap uno. Tampoco hay posibilidades de conseguir auspicios, lo que genera mayor desánimo aún.




Aunque cultivan el mismo deporte y los rige  la Asociación Chilena de Polo, pareciera que hombres y mujeres disputaran esta disciplina ecuestre en distintos países.

Chile cuenta con alrededor de 800 polistas masculinos. Por otro lado, únicamente entre 25 y 30 mujeres están registradas por la Asociación.

En el amistoso contra Estados Unidos, desarrollado el domingo en el Club San Cristóbal  y el que la selección nacional cayó por 2-4, participaron Alexandra Bradbury (hándicap 0), Marly Neumann (0), Sofía Hamilton (1) y Elisa Silva (1). Las dos hándicap uno del equipo son las jugadoras de mayor nvel en el país.

A modo de comparación, la inglesa Nina Vestey, una de las mejores polistas del mundo, cuenta con un ranking de cuatro tantos.

Sin embargo, actualmente rige una nivelación distinta para varones y damas. Según Marly Neumann, Vestey tendría unos ocho goles en el hándicap femenino. "Sofía y Elisa tendrían tres o cuatro tantos", agrega.

Hamilton plantea que las distintas mediciones se deben  a diferencias físicas entre hombres y mujeres. "Aunque juegue con un hombre de nivel igual o menor que el mío, por su fuerza quizás me sacará la pelota más fácilmente", explica la jugadora.

Sin equipos

Actualmente no hay ningún equipo femenino ni campeonatos en Chile, y todas las polistas nacionales son amateurs, que disputan partidos dentro de las fronteras nacionales. "Cada una juega por su cuenta, con amigos y familiares", explica Bradbury.

Esta limitada realidad también significa que es muy difícil conseguir auspiciadores, lo cual coloca a Chile por debajo de potencias como Inglaterra y Argentina, siempre con sponsors poderosos.

Bradbury cree que el polo no motiva a las mujeres en el país. "Cuando intentas organizar un partido femenino, siempre surgen excusas para que no salga nada. Eso no sucede con los hombres", opina la delantera.

Por eso, el desánimo las pone dentro de un círculo vicioso: falta motivación para obtener más recursos, y faltan recursos para convocar a más mujeres al polo.

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