Las inspiraciones tras la exitosa serie House of Cards

El historial político de uno de sus productores fue clave en su escritura.




El sitio Netflix no ha querido entregar cifras oficiales, pero aseguran que, tras su estreno mundial el 1 de febrero, la serie House of cards se convirtió en su contenido con más reproducciones, mientras que Nada Antoun, directora de comunicaciones de Netflix para Latinoamérica, aseguró a La Tercera que la ficción se había convertido en "un éxito en todos nuestros territorios, en todo el mundo". Así, la serie producida por David Fincher (director de Red social) y protagonizada por Kevin Spacey logró ser más que un puñado de expectativas y se consolidó como el mayor éxito y la producción más comentada y aplaudida entre las realizadas especialmente para internet.

La serie se adentra en el corazón de la política estadounidense, pero su primera inspiración vino del otro lado del océano Atlántico: la base de su historia es una miniserie británica que la BBC emitió en 1990 y que, al igual que la producción estadounidense, tenía al centro del conflicto a un político de experiencia, que luego de no recibir el puesto que le habían prometido en la nueva administración del país, está determinado a hacer caer a sus antiguos aliados -ahora nuevos enemigos- y seguir avanzando en su carrera con los métodos que encuentre a su paso. En esta tarea tiene a dos grandes aliadas: su esposa, quien está a la cabeza de una importante organización, y una periodista que, a cambio de historias exclusivas, lo ayuda en sus manipulaciones a través de lo que escribe. En la versión norteamericana, estos papeles están a cargo de Robin Wright (Moneyball) y Kate Mara (127 horas).

Pero el drama del realizador de El club de la pelea sólo siguió las directrices de la serie original hasta cierto punto. De hecho, su serie tiene 13 episodios y una segunda temporada confirmada, mientras que la inglesa se completó en cuatro entregas. Así, Fincher además encabezó un trabajo de investigación junto a un equipo de guionistas y producción, que partió a mediados de 2011, cuando -según escribió el sitio Buzzfeed- el grupo visitó la capital estadounidense para entrevistar a legisladores, especialistas en lobby, periodistas, consultores y empleados de distintas agencias gubernamentales.

Más adelante, Kevin Spacey pudo hablar y acompañar en reuniones a Kevin McCarthy, quien tiene en la vida real el cargo que el actor interpreta: el del congresista jefe de la bancada mayoritaria. "Todo el mundo realmente colaboró mucho y esa es una de las principales razones de por qué se logró un acercamiento a algo auténtico", dijo en una entrevista Beau Willimon, coproductor del drama en el que aportó sus contactos y su mirada política, ya que desde fines de los 90 había sido parte de la campaña de distintos candidatos senatoriales, incluyendo a Hillary Clinton. Su primer trabajo en Hollywood había sido el guión y producción de Secretos de estado (2011), cinta por la que recibió una nominación al Oscar.

Así, la serie se ha convertido en favorita de quienes trabajan en el mundo de la política en Washington e incluso hay especulaciones alrededor de quiénes son las personas reales que inspiran personajes a lo menos muy influenciables y con grandes fallas, o directamente corruptos. En el caso del personaje principal, Willimon aseguró que es una mezcla de "muchas docenas de personas y además tiene elementos completamente ficticios".

Ahora el equipo, tras la serie, ya empieza a trabajar en el que será su segundo ciclo, también de 13 episodios, mientras que la prensa especializada estadounidense se pregunta si puede un proyecto para internet ser nominado a premios reservados para la televisión, como el Emmy o el Globo de Oro. En tanto, Netflix se prepara para seguir con sus estrenos de producciones originales, que incluyen el regreso de Arrested development y una nueva serie de terror que tiene fecha de debut para abril.

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