Las posturas que avivan el debate sobre el 20% de la música chilena
La Archi envió una carta a la ministra de Cultura, por sus dichos del fin de semana. La ley está en tabla en el Senado, tras el rechazo en la etapa de Comisión.
Fueron declaraciones específicas, pero más de lo que había hecho el ejecutivo en mucho tiempo: en una de sus primeras actividades públicas, el viernes, la ministra de Cultura, Claudia Barattini, entró a la discusión sobre el proyecto de ley que fija en un 20% el mínimo de música chilena en las radios nacionales. "No tengo dudas del principio fundamental de la ley de tener un incentivo y garantizar la difusión y distribución de la música chilena", declaró la titular de Cultura a LaTercera.com.
La reacción de la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi) se concretó ayer: según explica el presidente de esa asociación, Luis Pardo, durante la mañana enviaron una carta a la ministra. Ahí, junto con solicitar una reunión para fijar "un trabajo en conjunto", se le hace notar a Barattini los puntos donde la ley choca con los intereses de la asociación.
"Es un proyecto muy mal hecho. Queremos dejar de perder tiempo con él y avanzar en el fomento a la música nacional, hoy entrampado por la discusión sobre cuotas", explica Pardo. La Archi seguirá patrocinando una campaña publicitaria con el eslogan "la música chilena debe fomentarse y difundirse, no imponerse".
El proyecto fue presentado en 2007, a través de un grupo de parlamentarios UDI. El 22 de enero, la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Senado rechazó la idea de legislar; la discusión ahora está en tabla para ser discutida en el Senado. El 29 de marzo está convocada una marcha para apoyarlo, desde Plaza Italia.
"La única imposición viene de parte de la Archi", responde Mario Rojas, músico y primer vicepresidente de la Sociedad Chilena de Derecho de Autor (SCD). "Lo peor de esta discusión es que posa una mirada 'ninguneante' respecto a la música chilena. Se argumenta que la calidad no está de acuerdo con los estándares internacionales. O que la SCD, arbitrariamente, distribuirá este dinero entre los de siempre", dice Rojas, "pero no sucederá así, porque, entre otras cosas, hemos adquirido un software que determinará qué canciones fueron programadas en la radio".
El músico Claudio Narea explica que el proyecto tiene precedentes. "Alguna vez tuve la idea de legislar, a comienzos de los 90, con la Asociación de Trabajadores del Rock. En un país donde hay puertas abiertas para extranjeros, es lógico hacer algún ajuste".
Entre los músicos, sin embargo, hay voces disidentes. "La música es libertad y no pueden imponerme nada: chilena, japonesa o gringa, no estoy de acuerdo", dice el vocalista de Fiskales Ad-Hok, Alvaro España. El músico Angelo Pierattini, en cambio, apunta a entender la ley en un contexto global (ver recuadro): "Cuando se legisla, se crea un mercado, y eso permite que haya una circulación más sana y limpia, no como ahora que sólo se rige por el modelo".
Las iniciativas, sin embargo, encuentran obstáculos en varias latitudes. Así lo explica el crítico de música Diego Manrique, colaborador del diario El País de España: "(En España, una ley así) es menos probable que nunca. El Partido Popular está enfrentado con el 'mundo de la cultura' y defiende las fuerzas de mercado como reguladoras perfectas. También se opondrían los locutores, por no ver coartada su libertad a la hora de seleccionar discos. ¿Mi opinión? Sería buena cosa el imponer cuotas, dada la implacable invasión de la cultura del imperio y la fragilidad de la música nacional".
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