Leonardo Valencia: El creador que busca la "U" tras dejarlo partir
La figura de Palestino, integró las inferiores azules. Sampaoli no lo quiso y le ofrecieron un bajo contrato. Hoy negocian su vuelta.
Leonardo Valencia siempre tuvo las condiciones técnicas con las que hoy deslumbra en Palestino: dinámica, buena pegada y cierta familiaridad con el gol. Lo dicen quienes participaron en su formación en Universidad de Chile. El mediocampista parecía encaminado a ser una de las nuevas figuras de los laicos.
Ya había dejado una buena impresión en su paso por Deportes Melipilla, en 2008. Ahí cautivó a José Díaz, quien entregó un elogioso informe a los azules. Destacaba su capacidad técnica y su despliegue en el campo de juego.
Emiliano Astorga, quien entonces dirígía al primer equipo de los Potros, lo registró en su base de datos. Apenas se enteró de que Jorge Sampaoli no lo había incluido en el listado de jugadores que ascenderían al primer equipo, lo contactó para que firmara en Unión La Calera. Se sumó a los cementeros para disputar el Clausura de 2011.
La decisión de dejar a los laicos también era económica: las condiciones salariales que le ofrecieron en el que sería su primer contrato profesional no lo satisficieron. Tenía propuestas y decidió partir del equipo que, curiosamente, hoy lo tiene en la lista de prioridades para reforzarse de cara a la defensa de su título y a su participación en la próxima edición de la Copa Libertadores, una de sus tareas pendientes
Las miradas apuntan a Hernán Saavedra, entonces gerente de las divisiones menores y el encargado de negociar los contratos con los jugadores que dejaban las categorías menores y daban el salto hacia al plantel adulto.
La aprobación técnica la tenía. "Lo alcancé a dirigir en el primer semestre de ese año. En el segundo, Sampaoli no lo incluyó en la lista de juveniles que ascenderían al primer equipo. Astorga lo había dirigido en Melipilla y se lo llevó. En La Calera explotó. Siempre fue un buen jugador. Nosotros lo utilizábamos como volante mixto o como segundo mediocampista central. Después, ha jugado como carrilero. En general,se maneja bien en varias posiciones. Siempre lo ha hecho", evalúa Cristián Romero, entrenador de la última categoría promocional del club laico.
Sin embargo, para su aspiración de quedarse en el equipo universitario conspiró otro factor: la riqueza de un plantel que en esa misma temporada se adjudicaría la Copa Sudamericana. "Estaba tapadísimo, porque ese equipo estaba lleno de figuras y había un nulo espacio para los jugadores formados en el club. Pero todos los que lo conocíamos sabíamos lo buen jugador que era", dice otro conocedor del semillero azul.
Estabilidad mental
Para convertirse en un futbolista de elite, a Valencia le faltaba un elemento fundamental. "Tenía que adquirir madurez futbolística y personal. Quizás por eso su proceso no fue tan rápido como uno habría supuesto de acuerdo a sus condiciones. Le costó asumir que el fútbol sería su carrera y que debía llevarla con rigor", cuenta Patricio Mardones.
El volante, quien convirtió el penal que, en 1994, acabó con la sequía de títulos en los estudiantiles después de 25 años, se transformó en uno de sus principales consejeros. "Hace algunos años, me lo presentaron y me pidieron que hablara con él. Lo hice y le traspasé algunas experiencias que podían ayudarle para su desarrollo. Lo demás lo tenía. Todos me hablaban bien de sus condiciones futbolísticas. Faltaba que se convenciera de que podía transformarse en un gran jugador de fútbol", explica el ex seleccionado nacional.
En La Calera se consolidó. En tres torneos disputó 38 encuentros y marcó un gol. En 2013, partió a Santiago Wanderers y destacó en el equipo de Ivo Basay: disputó 16 duelos y marcó cinco goles. Uno de ellos tuvo sabor a revancha: se lo marcó al equipo que lo había desechado.
Su consagración definitiva se produjo este año. Con Guede en la banca, adquirió la libertad para desplegar todo su talento. Hoy es el principal referente de los árabes y buscará dejarlos en la Copa Libertadores. Aunque, quizás, termine disputando ese torneo con la camiseta que nunca pudo vestir como profesional.
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