Leonart y su novela sobre el poder: "Son historias que están en la realidad"

El jueves 25 de agosto de 2011 Chile despertaba con un paro nacional. El movimiento estudiantil arde y las calles están tomadas por la multitud que protesta. Al día siguiente, la noticia acapara las portadas de los diarios. Es octubre de 2013 y el escritor, dramaturgo y guionista Marcelo Leonart publica Lacra, su nueva novela, que tiene a ese jueves de agosto de 2011 como el centro de su historia. Ganadora del premio del Consejo Nacional del Libro a la mejor novela inédita, Lacra no es sólo la imagen viva de una protesta: es un relato sobre la influencia del dinero y el lucro.

La historia de Chile, desde la Unidad Popular hasta nuestros días, también involucra a los personajes de Lacra narrada de manera vertiginosa. La novela está protagonizado por tres personajes de ficción inspirados en la realidad: un prestamista del barrio Mapocho, un político de renombre (Larraín Peña) y una empresaria (Pata Matte) dueña, según la revista Forbes, de una de las cien fortunas más grandes del mundo. "Me interesa mucho la literatura que no se aleja de la realidad", dice Leonart.

El guionista de Secretos en el jardín, la próxima teleserie nocturna de Canal 13, publicó el año pasado dos novelas, Fotos de Laura y La patria. En esta última tiene como figura al acecho a Francisco Javier Cuadra. El ex vocero del régimen de Pinochet aparece con su nombre y apellido.

"Inspirarme en tipos poderosos es una manera de tratar de entender cómo piensan", señala Leonart.

¿Por qué volver sobre la contingencia en otro libro? "No hay un cálculo, sino que surgen porque son historias que están en la realidad y a uno lo acompañan. ¿Por qué Hernán Rivera Letelier escribe siempre sobre el desierto? Es su tema", dice el escritor.

Tres hitos contingentes cruzan Lacra a través del dinero: la educación, el poder político y empresarial. "En la novela trato de hacer un Aleph de la plata: todo es plata", dice el autor, y agrega que "en Chile lo que no es lucrativo tiene menos valor, no figura, y eso corre en todo ámbito de cosas".

Lacra está contada de una manera torrencial. Su autor cree que la actual narrativa chilena hace lo contrario: "Tiende a la frase corta. Es más medida y fragmentada. También estoy en contra de la anemia narrativa, el que describe en dos páginas cómo se corta el pelo, que creo tiene que ver con el temor a equivocarse".