Líder del socialismo francés recibe carta con una bala

En la misiva enviada a la ex candidata presidencial Ségolène Royal también contenía insultos y un fotomontaje. No es el primer político galo que es amenazado de esta forma.




La ex candidata socialista a la presidencia francesa, Ségolène Royal, recibió una carta con amenazas e insultos en su oficina de presidenta de la región Poitou Charentes. El sobre, además, contenía una bala lo que llevó a la policía a elevar su nivel de protección.

La información, confirmada hoy por el abogado de Royal, Jean Pierre Mignard, fue revelada horas antes por el diario "La Nouvelle République", que precisó que el mensaje, llegado ayer por la mañana a los servicios del Consejo Regional, contenía un fotomontaje con varios artículos dedicados a la líder socialista, e iba acompañado de una bala del calibre .38 o .44.

Royal, aunque fue informada inmediatamente del contenido de la carta, no modificó la agenda del día y realizó una visita a un liceo de Poitiers, recibió a un grupo de empresarios chinos y a representantes sindicales de la empresa de componentes automovilísticos Fabris, que reclaman una indemnización por despido.

La presidenta regional, que a diferencia de lo que suele ser habitual iba acompañada de un guardaespaldas, no quiso comentar este incidente con los periodistas que la interrogaron.

NO ES EL PRIMER CASO
La investigación de los hechos la estpa realizando los agentes de la Subdirección Antiterrorista de la policía (SDAT).

Sin embargo, Royal no es el primer político que en Francia es objeto este año de amenazas de este tipo, que también han concernido al presidente de la República, el conservador Nicolas Sarkozy, al ex primer ministro y alcalde de Burdeos, Alain Juppé, y a varios ministros, entre otras personalidades.

El primero de dicha serie, con cartas firmadas por una denominada "célula 34", en alusión al número que le corresponde al departamento de Montpellier en la divisíón administrativa del país, fue el senador y alcalde de Béziers, Raymond Couderc, que recibió un mensaje el 9 de febrero.

La Fiscalía Antiterrorista de París había abierto una investigación para esclarecer los hechos, e incluso se detuvo a un hombre como sospechoso de esa campaña, pero tras su interrogatorio y varias comprobaciones en particular la veracidad de quien le había denunciado fue puesto en libertad sin cargos.

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