Líder integrista indonesio se declara inocente de terrorismo
El clérigo radical Abu Bakar Bashir admitió que ayudó a recaudar fondos para financiar a su organización, pero negó que éstos sirvieran para comprar armas o entrenar combatientes.
El clérigo radical indonesio Abu Bakar Bashir se declaró inocente de todos los cargos de terrorismo que se le imputan y acusó a Estados Unidos y los musulmanes moderados de conspirar para encarcelarle.
"Los fiscales deben darse cuenta de que todos los procesos para juzgar y castigar a los muyaidines de (la isla de) Aceh están manipulados por personas que no cumplen la ley del Islam para beneficiar a los intereses del tirano estadounidense y sus amigos", aseguró Bashir durante un juicio en Yakarta.
El anciano religioso, de 77 años, subrayó que "puesto que mi retórica es considerada peligrosa, una cadena perpetua hará realidad el sueño de Estados Unidos", según la agencia oficial Antara.
Bashir admitió que ayudó a recaudar dinero para financiar las actividades de su organización radical Jemaah Ansharut Tauhid, pero negó que los fondos estuvieran destinados a actividades terroristas, comprar armas o entrenar a combatientes.
El líder espiritual de la Yemaa Islamiya -considerado el brazo de Al Qaeda en el sudeste asiático- compareció una vez más ante el juez jaleado por cientos de seguidores, que vieron su declaración en una pantalla gigante instalada en la calle y acompañaron cada frase con gritos de "Alahu Akbar" (Alá es el más grande).
Bashir está acusado de ayudar a establecer, financiar y armar a una nueva célula terrorista en la provincia de Aceh al oeste de Indonesia.
De ser encontrado culpable, puede ser condenado a muerte, aunque la fiscalía sólo ha pedido para él la reclusión perpetua.
Según las fuerzas de seguridad, el líder integrista y sus acólitos pretendían perpetrar ataques contra intereses occidentales y blancos políticos en Yakarta.
Bashir fue detenido en agosto del 2010 en Java, meses después de que se desarticulara un campamento de entrenamiento para terroristas en Aceh.
Más de cien personas fueron también arrestadas en aquella operación de las fuerzas de seguridad indonesias para acabar con la Yemaa Islamiya, fundada en 1995 para crear un califato islámico en Indonesia, Malasia, Singapur y el sur de Filipinas y Tailandia.
Es la tercera vez que el septuagenario es procesado por sus soflamas que incitan a la violencia contra los no musulmanes, y ya pasó dos años entre rejas por instigar los atentados de Bali en 2002.
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