Los 50 inventos más importantes desde la rueda

La prestigiosa revista The Atlantic (EE.UU.) consultó a científicos, historiadores e ingenieros para elaborar una lista que diera cuenta de los inventos que más han moldeado al progreso humano. El surgimiento de la imprenta, la electricidad y la penicilina lideran este ranking.




ALGUNAS PREGUNTAS las planteamos porque buscamos la respuesta correcta. Otras son valiosas porque ninguna respuesta es acertada y los beneficios provienen de todos los intentos que hacemos por llegar a un resultado. Hace siete años, The Atlantic entrevistó a eminentes historiadores para crear una lista de las 100 personas más influyente en la conformación de Estados Unidos. Los panelistas concordaron fácilmente en los nombres más populares -Lincoln, Washington y Jefferson-, pero luego comenzaron a discrepar de una manera misteriosa que no sólo reflejaba sus propios principios, sino también los diversos caminos que llevan a la influencia en un país.

¿Lewis y Clark (los primeros exploradores que cruzaron hasta el oeste de EE.UU. en 1804) o Henry Ford (impulsor de las cadenas de producción modernas)? ¿Thomas Edison (inventor de la ampolleta) o Marthin Luther King? El resultado no fue científico, pero el ejercicio de preguntar, comparar y elegir nos ayudó a entender más sobre lo que estas figuras históricas habían hecho en realidad.

Ahora nos centramos en la tecnología. The Atlantic reunió a casi una docena de científicos, empresarios, ingenieros e historiadores de la tecnología para que evaluaran las innovaciones que han moldeado la vida moderna. La regla principal era que los avances debían haber surgido luego del uso extendido de la rueda, hace unos 6.000 años. Eso dejaba afuera al fuego, que nuestros antepasados comenzaron a emplear varios cientos de miles de años antes.

Le propusimos a cada panelista que hiciera 25 selecciones de mayor a menor importancia, pese a la imposibilidad de comparar con justicia a la bomba atómica y el arado (aun así ambos quedaron en la lista final: el descubrimiento y aplicación en 1939 de la fisión nuclear, reacción en la que el núcleo de una partícula se separa liberando grandes cantidades de energía y que llevó a la bomba atómica y las plantas nucleares, quedó en el puesto 21; más arriba que el arado, herramienta que expandió el rango de terreno que los granjeros podían cultivar y que alcanzó el puesto 30).

Pese a nuestro requerimiento inicial, algunos panelistas elaboraron su ranking no según orden de importancia, sino de acuerdo con la fecha de su invención, desde la más antigua (cemento) hasta la más nueva (los satélites de GPS). Algunos enfatizaron la importancia no de innovaciones particulares sino que de categorías más amplias de avances (por ejemplo, los cambios en los procesos industriales que llevaron a la línea de ensamblaje instaurada por el pionero de los automóviles Henry Ford en 1913). Pese a las diferencias de criterios, al final teníamos suficientes sugerencias sustentadas con sólidas explicaciones como para presentar esta lista.

Un aspecto de los resultados que será evidente apenas empiecen a revisarlos: lo debatible que resulta el lugar que alcanzaron algunos avances. Por ejemplo, la anestesia (46), que al debutar en 1846 marcó una diferencia entre la cirugía y la tortura, apenas quedó en la lista luego de la insistencia de un panelista. Si yo estuviera haciendo el ranking, la anestesia estaría en el top 10, más arriba que el computador personal inventado en los 70 (16). En este caso, para mí la pregunta es: ¿Cuál extrañaría más si no existiera? Uso computadores a diario, pero me iba bastante bien antes de su ingreso al mercado… y aún recuerdo un procedimiento dental en Inglaterra cuando el Servicio Nacional de Salud no pagaba por la novocaína.

UNA TAXONOMIA DE LA INNOVACION

El ejemplo más claro de consenso fue la imprenta, inventada por el alemán Johannes Gutenberg y el ítem número uno en la compilación final. Casi todos los expertos que enviaron sus listas la colocaron en la cima o muy cerca. Para hacer otro paralelo con nuestra encuesta, la imprenta fue la contraparte de Abraham Lincoln como un consenso claro a la hora de elegir la opción más popular. Tal como ese ejercicio previo reveló patrones a través de los cuales estas figuras ejercieron influencia (líderes políticos en tiempos de crisis, pioneros industriales, etc.), un set de categorías también emergió en la nominación de innovaciones.

Una panelista, Leslie Berlin, historiadora de la tecnología en la U. de Stanford, organizó sus nominaciones no como una lista general, sino que agrupadas en categorías funcionales que resultan bastante útiles. Esta es mi adaptación de algunos de los prácticos esquemas elaborados por la académica.

Innovaciones que expandieron el intelecto humano y sus posibilidades creativas y expresivas. Este grupo incluye la ya mencionada imprenta (1) y también el papel (6), desarrollado en el siglo II d.C. en China y que recién empezó a ser usado a diario en Occidente con la invención de la imprenta (hasta ese avance se usaban pergaminos de piel animal y para una Biblia se requerían hasta 300 ovejas). Por supuesto, esta categoría también incluye internet (9), el computador personal (16) y la tecnología subyacente bajo la moderna era de los datos: los semiconductores electrónicos (4) y la fotografía (29).

Innovaciones que son integrales para la infraestructura física y operativa del mundo moderno. El escritor e historiador de la tecnología George Dyson afirmó que el cemento, que quedó en el lugar 37, fue una innovación temprana crucial en la "fundación de la civilización como la conocemos". En nuestro ranking, la electricidad desarrollada en el siglo XIX (y que resultó vital para la iluminación hogareña, los sistemas de refrigeración que expandieron la preservación de alimentos y medios de comunicación como el telégrafo) ocupa el segundo puesto. Más abajo, en el lugar número 12, se ubican los distintos sistemas de tratamientos de aguas servidas.

Durante el siglo pasado, el aire acondicionado (44) desarrollado en 1902 por el ingeniero Willis Haviland Carrier para controlar la humedad en una empresa editorial, tuvo un rol vital en la población más extendida de las regiones al sur de EE.UU. Hoy esta tecnología genera un efecto similar en China, India y las naciones del Golfo Pérsico. Nuestro panelista Joi Ito, director del Media Lab en el MIT, señaló que el aire acondicionado fue "identificado de forma bastante famosa por el político de Singapur Lee Kuan Yew como la tecnología que permitía a los ciudadanos desarrollar trabajos en oficinas y cubículos".

Innovaciones que permitieron la revolución industrial y sus sucesivas olas de producción de bienes. Estas incluyen el motor a vapor (10) inventado en 1712 por el británico Thomas Newcomen. En esta categoría se suman la fabricación industrial del acero (19) y el refinamiento y extracción del petróleo (35 y 39, respectivamente). Hace un siglo, esta lista habría incluido el carbón, que no aparece aquí pese a que aún es el combustible más usado en las plantas eléctricas.

Innovaciones que extendieron la vida. Este amplio grupo incluye la fijación del nitrógeno (11), proceso desarrollado en 1913 por los químicos alemanes Fritz Haber y Carl Bosch y que generó un método económico de síntesis del amoníaco, un gas vital para la fabricación a gran escala de abonos y fertilizantes a base de nitrógeno, nutriente esencial para las plantas. Esta técnica -que les valió el Nobel a ambos científicos- implicó un crecimiento poblacional notorio: en 1913, cuando la fábrica de Bosch elaboró 7.300 toneladas de productos a base de amoníaco, había 1,7 mil millones de personas. Hoy, cuando se producen cerca de 120 millones de toneladas anuales (de las cuales más del 80% se usa como fertilizante), hay siete mil millones de personas.

Estos avances también incluyen innovaciones en el conocimiento médico que preceden a la actual revolución genómica: la número 3 es la penicilina, descubierta en 1928 por el biólogo escocés Alexander Fleming y que dio inicio a la era de los antibióticos. Hoy se estima que salvó casi 100 millones de vidas en el siglo XX y que durante la II Guerra Mundial ayudó a reducir de forma importante las muertes y amputaciones (a comienzos de 1943 sólo había 400 millones de unidades de penicilina disponibles, pero a fines de la guerra los laboratorios de EE.UU. fabricaban 650 mil millones de unidades al mes).

En el puesto 8 está la vacuna, desarrollada en 1796 por el doctor británico Edward Jenner para combatir la viruela  y en el 20 se ubica la píldora anticonceptiva. Una lista elaborada en 50 años más, o tal vez sólo cinco, sin duda enfatizará el revolucionario potencial de la genómica, pero todavía no tiene el empuje suficiente como para integrar el ranking. La categoría de avances que prolongan la vida también incluye tecnologías que progresaron en paralelo con los tratamientos médicos, como la refrigeración (13) desarrollada a mediados del siglo XIX: "Descubrir cómo elaborar el frío cambiaría la forma en que comemos y vivimos de forma tan profunda como cuando fuimos capaces de cocinar los alimentos", afirma Dyson.

Tras la penicilina, la innovación con más alto ranking de esta categoría son los lentes ópticos (5). Es reconfortante que hayan sido mencionados por varios panelistas, porque su inclusión ilustra los efectos colaterales de ciertas tecnologías. Antes de este avance, y durante la era de los primeros cazadores/recolectores, la gente con mala visión era vulnerable a enemigos o depredadores. Posteriormente, se volvía discapacitada en términos intelectuales al ser incapaz de ver claramente letras, símbolos o números.

Siempre he creído que la adopción de lentes correctivos implicó el aumento más potente de coeficiente intelectual en la historia humana, expandiendo el rango de gente potencialmente letrada. También fue una de esas innovaciones "tardías" que surgieron muchos siglos después que los romanos descubrieran las propiedades ópticas de los lentes.

Innovaciones que permitieron comunicaciones en tiempo real más allá del rango de la voz humana. Internet (9) obviamente trajo una nueva escala y velocidad a las comunicaciones (hoy suma más de dos mil millones de usuarios), pero el verdadero salto se produjo a mediados del siglo XIX con el desarrollo del telégrafo (26), el teléfono (24) y la radio (28). Como dice el historiador y economista Joel Mokyr, de la U. Northwestern, antes del telégrafo "la información no se podía mover más rápido que un hombre a caballo. Las señales de humo, las palomas mensajeras y otros sistemas tenían un alcance muy limitado e impreciso. Este sistema hizo, al menos en principio, que la información viajara a la velocidad de la luz y así mejoró notoriamente las comunicaciones a larga distancia y el control de territorios mucho más grandes".

Innovaciones en el desplazamiento físico de personas y bienes. Durante los últimos 150 años, el motor de combustión interna (7) desarrollado en 1860 por el ingeniero belga Jean Joseph Etienne Lenoir hizo posible los efectos sociales, económicos, políticos y ambientales generados por la era de los automóviles (18) que, según cifras de la Agencia Internacional de Energía, sumarán 1,7 mil millones de unidades en 2035.

Con variaciones en los sistemas de propulsión, esta misma innovación hizo posibles los aviones (15). ¿Por qué estos vehículos quedaron ubicados más arriba que el auto? Tal vez porque este último aceleró viajes que la gente ya hacía por otros medios, mientras los aviones permitieron una forma de movimiento humano totalmente nueva y, tal vez más importante, inició una manera totalmente nueva de ver y entender la Tierra.

Hasta los primeros vuelos en globo de fines del siglo XVIII, los humanos nunca habían visto lo que les rodeaba desde una elevación mayor a la de un árbol o montaña. En la era de la aviación del siglo XIX, pudieron ver por sí mismos los contornos del planeta y la verdadera escala de las obras humanas. En esta categoría también están el velero (40) (con el sextante en el lugar 23 y la brújula en el 17) y los cohetes (41).

Cualquier colección de 50 avances como la que elaboramos seguramente excluye a 50.000 otras ideas radicales. ¿Qué ocurre con el concepto del número cero propuesto por Padmasree Warrior de Cisco? ¿O el hallazgo de la doble hélice del ADN? Mientras más preguntas y discusiones sean generadas por nuestro ranking, más exitoso será nuestro proyecto.

En esta encuesta es notable darse cuenta de cómo casi ninguno de los avances que cambiaron al mundo pueden ser ligados a un único y heroico innovador digno de un Nobel. La pasteurización (33) es el único que recibe el nombre de una persona, a menos que consideremos el calendario gregoriano (34) y el tornillo de Arquímedes (31). Otras personas generaron famosos avances, desde Gutenberg a Alexander Graham Bell (inventor del teléfono), pero en general los logros incluidos pertenecen a personas que se basaron en los esfuerzos de otros y, a veces, después del paso de varios siglos.

EL FUTURO

Finalmente, mediante nuestros panelistas aprendemos por qué la tecnología genera optimismo, lo que tal vez sea la parte más significativa de este ejercicio. La cultura popular a menudo agasaja a las estrellas de los descubrimientos y la invención. Hace un siglo ocurrió con los hermanos Wright (pioneros de la aviación) y durante los años de Eisenhower lo mismo pasó con Wernher von Braun (padre de la exploración espacial). Y lo mismo sucedió en esta era con Bill Gates (Microsoft) y Steve Jobs (Apple).

Sin embargo, por cada pensador o líder que ha recibido con entusiasmo los cambios generados por la tecnología, ha habido una contraparte que advierte de sus peligros. Desde Blake a Dickens, desde Metrópolis a Blade Runner, la cultura de una era impulsada por la tecnología ha intentado constantemente ponerse al día con los efectos destructivos y deshumanizantes de la modernidad.

Al respecto, Joel Mokyr señala que la innovación siempre ha generado beneficios y perjuicios: "Si miramos los antibióticos, los insecticidas y los transportes, cada vez que resolvemos un problema termina surgiendo otro nuevo". Pese a ello, plantear un cese a la innovación como una forma de evitar futuros problemas desafía todo lo que los expertos saben sobre inventiva humana: "Si miramos al siglo XX, las posibilidades en contra de la más mínima mejoría en los estándares de vida eran enormes. Dos guerras catastróficas, la Guerra Fría, la Depresión, el surgimiento del totalitarismo…fue una secuencia que pudo bastar para devolvernos al barbarismo. Y pese a eso, el último medio siglo ha sido la era de mayor avance tecnológico de la historia. No veo ninguna razón para que este proceso se vuelva más lento".

ANESTESIA

Hasta 1846, casi no había opciones para aminorar el dolor y lo que se hacía era aplicar opio o alcohol al paciente hasta que estaba a punto de perder la conciencia y luego varios hombres fornidos lo sujetaban mientras se practicaba la cirugía a toda velocidad (otras veces simplemente se aplicaba un golpe al mentón para intentar noquear al paciente). Los pacientes gritaban de agonía durante el procedimiento y era común que la gente se suicidara en lugar de someterse a una cirugía.

Esto cambió cuando el dentista estadounidense William T.G. Morton usó éter para realizar una extracción sin dolor. Este líquido había sido inventado en 1275 y en animales había ejercido efectos anestésicos, pero no había sido usado en humanos porque era muy inflamable.

Tras esta primera intervención, Morton organizó una demostración en la que un colega extrajo un tumor del cuello de un paciente que no experimentó ninguna molestia, por lo que el dentista fue apodado el "conquistador del dolor". La primera gran prueba de su avance fue en la guerra civil de EE.UU., donde el 95% de las amputaciones y cirugías fueron realizadas bajo alguna forma de anestesia y de los 30.000 amputados entre los soldados del norte 20.000 sobrevivieron.

El uso de anestésicos también generó cambios en Chile. El 6 de mayo de 1963 se produjo una explosión en el Hospital San Borja a raíz del estallido de dos balones del gas anestésico ciclopropano, el cual era muy volátil. El accidente dejó seis muertos: dos pacientes infantiles que estaban siendo operados, dos anestesiólogos y dos traumatólogos. "En algún minuto hubo una chispa y se generó una explosión, porque se trabajaba con malas condiciones de ventilación y había mucho gas en el ambiente", explica el doctor Marco Guerrero, vicepresidente de la Sociedad de Anestesiología.

Según el experto, el incidente fue un hito que desencadenó una cultura de seguridad en los pabellones. No sólo se prohibió el ciclopropano, sino que se dejó de operar a dos pacientes de forma simultánea. "En muchos lugares de Chile se seguía usando éter, por lo que se introdujo el halotano, un gas de mejor calidad", comenta Guerrero.

IMPRENTA

La creación del herrero alemán Johannes Gutenberg en la década de 1450 generó cambios dramáticos en la civilización: su efecto inmediato fue la propagación rápida y precisa de información, lo que creó más personas alfabetizadas: una de estas máquinas producía 3.600 páginas al día, comparada con un puñado generado a mano.

Para 1482, cerca de 100 imprentas operaban en el oeste europeo: 50 en Italia, 30 en Alemania, nueve en Francia, ocho en España y Holanda y cuatro en Inglaterra. Aldus Manutius, un impresor veneciano, se dio cuenta de que el mercado más lucrativo no estaba en los grandes volúmenes como la Biblia, sino que en obras más pequeñas y baratas. Manutius imprimió traducciones de clásicos griegos en ediciones "de bolsillo" que ayudaron a propagar el conocimiento en general y el Renacimiento en particular: en 1500, había casi 40.000 ediciones diferentes y más de 6.000.000 de copias impresas.

Con el tiempo, más y más obras impresas seculares salieron a la luz, lo que impactó especialmente en la ciencia. Los investigadores que estudiaban el mismo problema podían imprimir sus resultados y compartirlos con numerosos colegas, los que a su vez podían expandirlos y mejorarlos. Esto llevaría, en el siglo XVI y XVII a la "revolución científica" que cambiaría radicalmente la forma en que los humanos veían el mundo y el universo (Isaac Newton desarrolló su ley universal de la gravedad y Galileo mejoró el telescopio para identificar los anillos de Saturno).

MOTOR A VAPOR

Antes de su creación en 1712 por parte de Thomas Newcomen, si se quería mover un gran objeto o activar una maquinaria había que hacerlo a mano o usar tracción animal y hasta la invención del motor a combustión interna a fines del siglo XIX fue el principal impulsor del progreso humano. Al momento de la muerte de Newcomen en 1729, en Europa operaban al menos 100 de sus motores, los que propiciaron el inicio de la Revolución Industrial y la aparición de las primeras fábricas (la primera habría sido una industria de seda en Derby, Inglaterra).

El transporte fue otro de los grandes beneficiados con esta tecnología. A comienzos de 1800, los motores a vapor de alto poder se habían vuelto lo suficientemente compactos como para actuar más allá de una fábrica, dando origen a la primera locomotora a vapor que recorrió los rieles de Gran Bretaña en 1804. Por primera vez en la historia, los bienes creados por el hombre se transportaban por un medio distinto al músculo del hombre o del animal.

Estados Unidos fue el pionero en el comercio marítimo, lanzando al agua un navío a vapor en 1807. El viaje a bordo del barco Clermont, que cubrió 241 kilómetros desde Nueva York a Albany, tomó 32 horas en completarse.

CEMENTO

Una forma primitiva de cemento hecho de cal, arena y gravilla fue usada por primera vez 3.000 años antes de Cristo en Mesopotamia, pero los romanos refinaron esta fórmula y le agregaron ceniza volcánica que le permitía endurecerse bajo el agua: así crearon sus famosos acueductos y obras como el Coliseo, los gigantescos baños de Caracalla y el gigantesco domo del Panteón.

Recientemente, un grupo de ingenieros usó sistemas láser para escanear diversos túneles bajo la actual ciudad de Roma y determinó que el cemento mantiene un nivel tan alto de suavidad e integridad que parece haber sido aplicado sólo hace unos cuantos años. Otra investigación realizada por científicos de Italia y EE.UU. analizó once puertos del Mediterráneo, muchos de los cuales fueron elaborados hace más de 2.000 años con cemento romano y aún permanecen intactos pese a la acción del mar.

Según los expertos, el uso de ceniza volcánica fue clave para darle una duración mucho mayor a la del llamado cemento Portland, el cual se ha utilizado durante los últimos 200 años. Marie Jackson, ingeniera de la U. de California en Berkeley, señaló que "los ambientes marinos son particularmente nocivos para este tipo de cemento. Ante el agua oceánica, dura menos de 50 años. Después de eso, empieza a erosionarse".

VACUNA

En 1796 el médico británico Edward Jenner usó el virus de la viruela bovina para generar resistencia humana contra el virus de la viruela, enfermedad que apareció en el 10.000 a.C., época en que se establecieron las primeras comunidades agrícolas en el noreste de Africa. La enfermedad llegó a Europa entre los siglos V y VIII y afectó seriamente el desarrollo de la civilización occidental: en el siglo XVIII mataba a 400.000 personas al año y dejaba ciegos al 33% de los supervivientes. En el caso de los niños la fatalidad era aún más crítica, alcanzando el 80% de los niños en Londres y el 98% en Berlín.

Jenner notó que las mujeres que extraían leche de las vacas en general eran inmunes a esta enfermedad y postuló que el pus en las ampollas que desarrollaban a causa de la viruela bovina (similar a la humana pero mucho menos virulenta) las protegía de la enfermedad. El médico puso a prueba su tesis al extraer este pus de las manos de una mujer que había sido infectada por una vaca; luego inoculó a un niño de ocho años que después fue expuesto a la viruela y no desarrolló la enfermedad.

Pese al éxito de este test, no fue sino hasta que Louis Pasteur desarrolló en 1885 la vacuna contra la rabia que los médicos y los gobiernos empezaron a aceptar la idea de que "enfermar" a alguien podía ayudar a prevenir una infección. Según la Organización Mundial de la Salud, las vacunas salvan hoy más tres millones de vidas al año.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.