Los barrios saludables disminuyen el riesgo de diabetes
Las personas que viven en vecindarios con veredas seguras, amplios parques, buen transporte público y acceso a frutas y vegetales frescos son un 38 por ciento menos propensas a desarrollar diabetes, informaron investigadores de Estados Unidos.
El equipo señaló que, a diferencia de muchos otros factores que influyen en la diabetes, crear un vecindario saludable es algo que los políticos pueden hacer para frenar la epidemia de esta condición, que cuesta a Estados Unidos anualmente más de 116.000 millones de dólares en gastos médicos.
Alrededor de 23,6 millones de personas en Estados Unidos y 246 millones en todo el mundo padecen diabetes. La mayoría tiene el tipo 2, que está íntimamente relacionado con la mala alimentación y la falta de actividad física.
"Modificar nuestros ambientes para que se puedan elegir más fácilmente conductas y estilos de vida saludables sería uno de los pasos clave para atacar y revertir estas epidemias", indicó en un comunicado Amy Auchincloss, de la Drexel University en Filadelfia, cuyo estudio fue publicado en Archives of Internal Medicine
EL ESTUDIO
Auchincloss estudió a 2.285 adultos de 45 a 84 años de tres comunidades diferentes: Baltimore, en Maryland; el Bronx de Nueva York; y el condado Forsyth, en Carolina del Norte, que inicialmente fueron examinados entre el 2000 y el 2002.
Los expertos tomaron los niveles de azúcar en sangre antes del estudio y en tres exámenes de seguimiento, además de reunir información sobre actividad física, peso y dieta.
El equipo también evaluó los recursos del vecindario a través de un sondeo comunitario que consultó si era sencillo obtener alimentos saludables o si era placentero y fácil caminar por la zona.
Los autores definieron los vecindarios como el área que estaba a 20 minutos de caminata o 1,6 kilómetros de los hogares de los participantes.
En las comunidades que ofrecían más recursos saludables, las personas eran un 38 por ciento menos propensas a desarrollar diabetes tipo 2 en cinco años que quienes vivían en vecindarios menos saludables.
Varios estudios demostraron que la falta de acceso a alimentos saludables en los barrios pobres contribuye a la obesidad.
Y una investigación del último año publicada en American Journal of Public Health, halló que los jóvenes cuyas escuelas se encuentran cerca de locales de comida rápida comen menos frutas y vegetales, beben más gaseosas y son más propensos a ser obesos que sus pares de otros colegios.
Aunque es difícil hacer que los individuos cambien conductas que modifiquen su riesgo de diabetes, sería posible disminuir la incidencia de la condición en una comunidad mejorando los vecindarios, indicó en un comentario el doctor Katz, del Departamento de Salud Pública de San Francisco.
"Si queremos reducir las tasas de diabetes tipo 2, necesitamos cambiar el ambiente de forma que se facilite a las personas el ejercicio y la alimentación sana como parte de su rutina diaria", escribió Katz.
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