Los debates que entrampan el programa de Guillier
La indefinición en torno a la asamblea constituyente y la posibilidad de contemplar una condonación de las deudas producto del CAE ha complicado la discusión interna. Otro factor es la necesidad de evitar señales que compliquen una convergencia para la segunda vuelta.
"Soy partidario de la asamblea constituyente, solo que las asambleas tienen diversas modalidades y dependen del contexto que se tenga en el país". Así respondió el 28 de septiembre pasado el candidato Alejandro Guillier cuando le preguntaron en el debate presidencial sobre si había cambiado su postura en torno a ese mecanismo como fórmula para modificar la Constitución.
La pregunta aludía al silencio que hasta hoy -nueve meses después de haberse convertido en candidato-ha mantenido Guillier sobre un tema que ha tensionado el debate al interior de su equipo programático.
Fue para su campaña senatorial que impulsó ese mecanismo como el más adecuado para una nueva Constitución. "Marca en tu voto AC en la parte superior derecha. Vota: C-2 Alejandro Guillier Álvarez", se lee en una publicación previo a las elecciones de 2013 en su fan page de Facebook. Luego se uniría, en junio de 2014, a la "bancada transversal por la asamblea constituyente" en el Congreso. Y a pesar de su convicción inicial, Guillier ha evitado en reiteradas oportunidades definir el mecanismo específico con el que en un eventual gobierno reemplazaría la actual Carta Magna.
En el oficialismo admiten que la indefinición del abanderado se debe, entre otros factores, a que al interior del bloque existen "divergencias" y "matices" sobre este tema, lo que, en algún grado, ha trabado el avance de la propuesta programática. Si bien los partidos que respaldan al abanderado están por continuar con el proceso constituyente iniciado por la Presidenta Michelle Bachelet, no todos están alineados detrás de la AC.
Mientras partidos como el PS, el PC y el PPD han impulsado la idea al interior de la comisión constitucional del comando de Guillier, liderada por Víctor Barrueto (PPD), sectores del PR han advertido que éste no sería el mecanismo más adecuado. "Lo importante es que el mecanismo sea democrático, participativo e institucional. Y la asamblea constituyente es un mecanismo democrático, participativo e institucional, pero no es el único", dice el abogado constitucionalista Francisco Zúñiga (PS), integrante del equipo.
Desde el entorno de Guillier, en tanto, aseguran que él se ha inclinado por una fórmula intermedia para evitar una postura "demasiado a la izquierda" en este tema.
Pero la AC no ha sido el único asunto que ha complicado la elaboración del programa de Guillier. El tema del financiamiento en la educación superior también ha reflejado las diversas posturas que existen.
A pesar de que Guillier ya ha definido que pondrá fin al Crédito con Aval del Estado (CAE), aún no está claro en su equipo programático si finalmente su propuesta contemplará la condonación de la deuda de los estudiantes.
Las juventudes de las distintas colectividades, y especialmente el Partido Comunista, han impulsado la idea de que, al menos, se haga un gesto a quienes se endeudaron con el CAE estando en los quintiles de menores ingresos.
Sin embargo, fuentes del guillierismo coinciden en que en la propuesta programática lo que más ha primado es la idea de la "responsabilidad fiscal". En ese sentido, integrantes del equipo educacional aseguran que ya asumieron que es "inviable" en términos económicos comprometer una condonación de las deudas, sobre todo cuando hay consenso en torno a continuar expandiendo la gratuidad iniciada por la actual administración, lo que -advierten- implica un alto gasto.
"Condonar la deuda le costaría al Estado 8,5 veces lo que hoy hemos estado invirtiendo en gratuidad", asegura, en privado, uno de los integrantes del equipo de educación del candidato.
El ex ministro de Educación Sergio Bitar -miembro del comando de Guillier- plantea que "si algo se necesita para el gobierno que viene de la centroizquierda es una dosis mayor de realismo".
Así, advierte que "la gratuidad va a significar un beneficio muy importante (...) entonces no se puede ni prescindir de los créditos ni pensar en una condonación". Y agrega: "Lo que señalo va en la dirección de un rol público más potente, de más recursos públicos, de avance en la gratuidad, pero también tiene el realismo de no plantear lo imposible y después hacer el ridículo. Si estamos hablando de 350 mil alumnos con gratuidad de 1 millón 200 mil, hay que tener claro cómo se opera con el resto, salvo que uno menosprecie al resto y caiga en visiones ideológicas estrechas".
Factor segunda vuelta
En el guillierismo sostienen que detrás de este debate se encuentra el fantasma de la segunda vuelta. La necesidad de llegar a un acuerdo con otras fuerzas de centroizquierda con miras al balotaje, según advierten en el entorno del abanderado, habría marcado varias de las propuestas.
En ese sentido, el equipo programático de Guillier ha optado por enfatizar en su discurso la importancia del crecimiento económico y la responsabilidad fiscal con el fin de resguardar a la candidatura de Guillier de una mirada demasiado a la izquierda.
Las mismas fuentes intepretan que tanto la asamblea constituyente como una eventual condonación de las deudas del CAE serían propuestas resentidas, por ejemplo, por la Democracia Cristiana, lo que entorpecería la búsqueda de un apoyo para un balotaje. Sin embargo, apuntan a encontrar un equilibrio con miras también a los votos del Frente Amplio.
Pese a este escenario, el coordinador programático de la campaña, Osvaldo Rosales, desdramatiza las diferencias y comenta que "efectivamente hay diversos puntos de vista, lo que es obvio en una alianza de carácter democrático, pero se congenian, se establecen acuerdos, y en ese proceso estamos".
Rosales, además, no quiso precisar un plazo de entrega del programa, señalando que se encuentran "cerrando el proceso y en pocos días más deberíamos tener el producto acabado, terminado y pulido".
En tanto, el jefe del comando de Guillier, Osvaldo Correa, dice que finalmente será el propio candidato presidencial quien zanje las discrepancias en cada una de las áreas.
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