Los desafíos de la "U" de Figueroa para enfrentar el 2014

Sellada la clasificación a la Copa Libertadores, los azules deberán proyectar un nuevo semestre con trabajo por hacer en todas las líneas.




Universidad de Chile ganó la post temporada y timbró los pasajes a la Copa Libertadores 2014. Sin embargo, la victoria en la Liguilla aparecía como el objetivo mínimo para uno de los planteles más ricos del medio nacional.

La jerarquía azul para dejar un 5-0 en el marcador global fue la misma que hizo falta durante todo el resto de un torneo que trajo más decepciones que alegrías.

Con Marco Antonio Figueroa ratificado y a cargo del nuevo plantel que se arma para la reanudación de la temporada 2013-2014, la lista de tareas será numerosa, pues el exigente semestre inicia con la obligación de un título, y un torneo internacional en el horizonte.

Además, luego de una pobre presentación en Copa Sudamericana, aparece como prioridad dar con un equipo competitivo que no solo se conforme con hacer presencia en el certamen de la Conmebol.

Así lo pide también el presidente José Yurszeck. "En la 'U' tenemos que pelearlo todo", dijo en entrevista con La Tercera.

El primer piso será consolidar la idea de juego que el "Fantasma" quiere plasmar en la "U".

Más allá de aspectos generales, como la vocación ofensiva y verticalidad, el equipo no demostró identificación con un estilo definido, y recurrentemente regresó a los ripios e irregularidades que marcaron todo el 2013.

Para esto, la conformación del plantel en las manos del propio Figueroa será fundamental para conseguirlo. ¿Su misión? Dotar al equipo de una nueva columna vertebral que ofreza categoría.

A la fecha solo se ha concretado la llegada del defensor argentino Matías Caruzzo, aunque aún se espera por la contratación de un volante de corte. La opción de traer un nuevo delantero se descartó.

Línea a línea

El trabajo por realizarse será en todas las zonas del campo. De partida, la llegada del zaguero trasandino apunta a mejorar un sector que cargó con la mayor cantidad de críticas durante el torneo.

Además, la confirmación de la estadía de Osvaldo González, más la experiencia de José Rojas, deberían dar las garantías suficientes para dejar de cargar con el estigma de equipo con "sábanas cortas".

En el mediocampo se espera por recuperar a jugadores que aún no responden a las expectativas. Por ejemplo, el buen nivel que mostró Ramón Fernández en la Liguilla ilusiona al cuerpo técnico, pero deberá probar consistencia para recuperar el nivel del volante que brilló en La Calera y O'Higgins.

La que aparece como la misión más compleja será la de encontrar al reemplazante idóneo de Charles Aránguiz, que se levantó como el principal baluarte de la institución durante las últimas temporadas, y amenaza con penar durante el próximo año.

La consolidación de Juan Rodrigo Rojas y el fogueo de Bryan Cortés serían las alternativas para que la ausencia del "Principe" no merme en demasía al conjunto estudiantil. Además, se espera por la llegada de un nuevo volante, aunque aún no surgen posibilidades concretas.

Por último, los atacantes no logran entregar plena confianza en el club, y la llegada de un referente, que se anunció como necesaria, finalmente se descartó ante la ausencia de mejores nombres que de los que ya están en el plantel.

El cuerpo médico deberá trabajar en la recuperación definitiva de Sebastián Ubilla y Enzo Gutiérrez, dos que llegaron precedidos por un prontuario de goles apetecible, pero que debido a sus constantes lesiones no han sido el aporte esperado.

Por otro lado, Patricio Rubio se convirtió en el símbolo de las debilidades ofensivas azules. El ex Unión Española llegó con cartel de figura y amagó con responder, tras cuatro goles a Antofagasta, pero con el pasar de las fechas su eficacia se diluyó casi por completo. Su repotenciación será clave para el esquema de Figueroa, quien cuenta con él para ser el principal eje del ataque.

El único que logra destacar en este aspecto es Isaac Díaz, que se convirtió en el chileno que más goles marcó durante el año 2013, superando su marca en Ñublense en la Primera B de 21 tantos, y alcanzar los 24 goles que anotó vistiendo la camiseta azul.

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