Los dos escenarios que enfrenta el diálogo con las Farc tras elecciones

Candidato del Centro Democrático

Zuluaga promete "mano dura judicial" para los guerrilleros

El candidato "uribista", Oscar Iván Zuluaga, ha cuestionado que el Presidente Juan Manuel Santos se haya sentado a negociar con una guerrilla a la que aún tilda de "terrorista", que no se conozcan públicamente los tres preacuerdos alcanzados sobre tierras, participación política y drogas, y critica cierta "complacencia" con las Farc que siguen combatiendo en el terreno. "No les exigieron a las Farc un cese de las actividades criminales y sólo este año las Farc han asesinado a 77 policías. Ahora han asesinado a niños, mediante el mecanismo de niños-bomba. Se ha deteriorado enormemente la seguridad en el país", dijo a La Tercera el ex mandatario Alvaro Uribe (2002-2010).

Al inicio de su campaña, Zuluaga prometió que, de ser elegido, suspendería la negociación, pero tras recibir hace unas semanas la adhesión de la ex candidata conservadora Marta Lucía Ramírez, reconsideró su posición y decidió flexibilizarla. Ahora, ha dicho que mantendrá los diálogos, pero pondrá como condición que las Farc declaren un cese el fuego unilateral, y promete "mano dura" judicial contra los guerrilleros, aunque comienza a valorar la imposición de penas reducidas". Además, ha dicho que le dará a la guerrilla un mes de plazo para que decida si acepta sus condiciones.

Para el analista Vicente Torrijos, de llegar a la presidencia Zuluaga, "rechazaría todo lo suscrito hasta ahora y les exigiría a las Farc que cesaran su conducta terrorista y se sometieran a la justicia, para continuar un diálogo estrictamente orientado a que se disuelvan y renuncien a la violencia como método político".

El candidato ha criticado duramente la posibilidad planteada por Santos, de "crear unas circunscripciones especiales de paz para que las comunidades más afectadas por el conflicto tengan mayor representación en el Congreso".

Presidente de Colombia

Santos apuesta a poner fin al conflicto interno, pero genera dudas

El Presidente Juan Manuel Santos encabeza un proceso de paz que ha llegado más lejos que ninguno en la historia de Colombia. Su objetivo es terminar este ambicioso proyecto -que inició en 2012 en Cuba- para terminar con 50 años de conflicto. Sin embargo, muchos de sus compatriotas, principalmente conservadores, desconfían. Esto, porque lo han acusado de oportunismo electoral y porque señalan que estas negociaciones podrían conducir a la impunidad de quienes han cometido delitos. Algo que el mandatario ha negado.

Entre los avances recientes, se suma el anuncio, el día martes, de que el gobierno y la guerrilla del ELN, la segunda en importancia tras las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), iniciaron en enero pasado conversaciones exploratorias para abrir un proceso de paz.

"Santos está negociando la refundación del Estado colombiano con una organización armada ilegal", dijo a La Tercera el analista Vicente Torrijos.

Recientemente, el mandatario anunció un decálogo que regirá la discusión sobre las víctimas en La Habana. Esto es una hoja de ruta que implica el reconocimiento de responsabilidad en el conflicto del Estado y la guerrilla y su disposición a repararlas. Para el mandatario, "el reconocimiento del conflicto es necesario y eso no implica la impunidad. Los derechos a la verdad, la justicia y la reparación a las víctimas si no se reconoce el problema no se pueden solucionar".

Respecto de su anuncio de la creación de unas circunscripciones especiales de paz para que las comunidades más afectadas tengan mayor representación, ha explicado que no significa entregar escaños a las Farc.

Por sus posturas sobre el tema ha recibido el respaldo de la ex rehén Ingrid Betancourt y del hermano de "Alfonso Cano", máximo jefe de las Farc, quien murió en 2011.