Los pesos pesados que protagonizan las rebeliones en la Premier League
Bale desea irse al Real Madrid y presiona llegando tarde a las prácticas. Rooney busca llegar al Chelsea y se margina de un amistoso por lesión. Y Suárez no aguanta más en Liverpool.
Una plaga de misteriosas y oportunas lesiones azota estos días la Premier League. En concreto, a tres de sus grandes estrellas. Gareth Bale, que el pasado fin de semana esquivó por problemillas musculares un amistoso en Mónaco, fue el martes a entrenarse con el Tottenham mientras fuerza al límite por fichar por el Real Madrid. El galés llegó algo tarde al ensayo, pero a tiempo para no ser declarado en rebeldía. Wayne Rooney, del Manchester United, ha seguido su ejemplo y el martes mismo alegó un dolorcillo en un hombro para no acudir a un amistoso a Suecia. El delantero inglés flirtea con ansias con el Chelsea de José Mourinho. También en Escandinavia, en Noruega, tiene estos días cita el Liverpool, pero su estrella, el uruguayo Luis Suárez, tuvo el martes unas repentinas molestias y se cayó de la expedición. Suárez, peleado con la prensa, quiere salir como sea de Anfield. Su rumbo: el Arsenal. La estrategia de apretar la soga no es nueva en la Premier. Ya ocurrió en su día con Beckham, Xabi Alonso, Fernando Torres, Modric y otros cuantos.
"No podemos forzar a un jugador que está desesperado por marcharse", subrayó el martes el director del Tottenham, Keith Mills, en referencia a Bale, con quien el Real Madrid puede batir un récord millonario con un traspaso que rondará los 133 millones de dólares. "Queremos, sin duda, que Bale se quede, pero es muy complicado obligarle a que se quede", apuntó Mills en declaraciones al London Evening Standard. El veterano directivo del conjunto inglés sabe que esta situación tampoco es nueva en el fútbol moderno. "Esto es algo que hemos visto en otros clubes. Incluso si tiene contrato, no puedes forzar a alguien a jugar para ti", aseveró. Además, el directivo del Tottenham recordó que sin jugar la Liga de Campeones todo es más difícil: "Ese es precisamente el tema. Así que este verano estamos invirtiendo en tener un gran equipo que esperamos que nos lleve a la Champions el año que viene y con el que empecemos a ganar trofeos. Es lo que el Tottenham necesita". Para ello, los Spurs han desembolsado casi 66 millones de dólares para fichar al mediocentro brasileño Paulinho y al delantero español Roberto Soldado.
El pulso entre Bale, de 24 años, autor de 31 goles la pasada temporada, y la entidad londinense, que ha eliminado su imagen del perfil oficial en Twitter, se mantiene en un estado de tensa calma. Hasta el extremo de que el jugador ha recibido amenazas de muerte, lo que ha puesto en conocimiento de la policía.
Una situación similar a la que se vive con Wayne Rooney en Old Trafford. El atacante de 27 años quiere irse al Chelsea de Mourinho. Ferguson desveló el pasado mayo, tras alzar la Premier, que había denegado una solicitud de Rooney para dejar el club. Tras la retirada del escocés su sitio lo ha ocupado David Moyes, compatriota y recomendado del propio Sir Alex. Moyes y Rooney vivieron en 2006 un importante desencuentro, fruto de la etapa de ambos en el Everton. El entrenador denunció por difamación (y ganó el juicio) al delantero, que publicó en su autobiografía que Moyes había forzado su marcha del club de Liverpool al filtrar detalles de una conversación a la prensa.
Ahora, el United rechaza tajantemente la segunda oferta de los "Blues" por Rooney este verano, que ronda los US$ 37 millones. El inglés es una prioridad de Mourinho, pero su actual equipo sólo le permitirá abandonar Manchester cuando encuentre un sustituto de garantías. Lo mismo espera el Liverpool, que pretende a Diego Costa, del Atlético, para dar vía libre a Luis Suárez.
Paradójicamente, Real Madrid y Chelsea, los conjuntos que buscan hacerse con Bale y Rooney, se enfrentaban anoche en Miami, en el reencuentro de Mourinho con los blancos.
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