Los puentes del empresariado con la Nueva Mayoría

Aunque el Senado aparece como la única vía disponible para que el empresariado consiga incorporar cambios a la reforma tributaria, las dificultades internas para concordar una propuesta alternativa y el distanciamiento en las posiciones, obligan a abrir un diálogo con Hacienda y La Moneda.




"No puede ser que nos den 15 minutos para exponer ante el Congreso ni que se interpreten nuestras opiniones como el deseo de defender nuestros bolsillos", reclamó el jueves 8 el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Daniel  Hurtado, frente a cerca de un millar de empresarios ligados al rubro inmobiliario.

La queja del dirigente gremial -realizada en presencia de dos ministros, los titulares de Vivienda, Paulina Saball, y de Obras Públicas, Alberto Undurraga- en contra de la forma en que se ha llevado adelante el debate y la tramitacióndel proyecto de reforma tributaria presentado por el gobierno está lejos deser aislada.Desde que el pasado lunes 7 de abril se concedió al presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Andrés Santa Cruz, un cuarto de hora para exponer ante la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados los reparos del sector frente a la emblemática iniciativa, los reclamos por la falta de diálogo se han transformado en tema recurrente en el empresariado.Una inquietud que hace algunas semanas terminó dando paso a la decisión de iniciar una fuerte arremetida -de carácter reservado e informal-, destinada a buscar puentes de diálogo con distintas figuras de la Nueva Mayoría, especialmente senadores, ya que es en la Cámara Alta donde apostarán a cambiar la suerte de la reforma tributaria.

Quienes han conocido las tratativas sostuvieron que las gestiones comenzaron a activarse a principios de abril y han cobrado forma en una serie de reuniones, en las que la cúpula empresarial ha dado muestras a representantes de la Nueva Mayoría de su preocupación por la falta de espacio para explicitar sus inquietudes frente al proyecto.Varios consultados coincidieron en que uno de los representantes empresariales que ha facilitado los acercamientos es el vicepresidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Rafael Guilisasti.Las reuniones han replicado el diseño de congregar de manera reservada a representantes empresariales con un parlamentario de la Nueva Mayoría.En privado, los empresarios marcan los énfasis de sus preocupaciones, pero también dan luces acerca de su disponibilidad para asumir el nuevo escenario político y social.

No obstante, el enrarecido clima que ronda la discusión tributaria (con duras recriminaciones, videos y mensajes descalificatorios) juega en contra de estas expectativas de diálogo. Aunque parlamentarios como el presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta, Ricardo Lagos Weber, han planteado su disposición a "mejorar" la reforma, senadores de la Nueva Mayoría recuerdan que esos espacios no incluyen el "corazón" del proyecto (incluido, por cierto, la eliminación del FUT) y agregan que el empresariado tampoco puede esperar que sean ellos el vehículo para enfrentar sus propuestas con las de La Moneda.En otras palabras, si el empresariado quiere dialogar y proponer fórmulas alternativas ("sin tocar la eliminación del FUT y manteniendo la recaudación total", añade un parlamentario), lo mejor es que se dirigan directamente a Hacienda y el equipo político.El problema, explican asesores de los principales gremios empresariales, es que tampoco cuentan hoy con una propuesta completa y consensuada para exponer. "Sabiendo que un nuevo gobierno de Bachelet plantearía, sí o sí, una reforma tributaria, el empresariado debió estar preparado", comenta un diputado oficialista.

Expertos que han participado en comisiones tributarias, como la creada al interior de Sofofa, dicen que se han propuesto iniciativas, como avanzar hacia un sistema desintegrado y aplicar un impuesto a los dividendos, pero sin alcanzar consenso interno. Mientras la CPC continúa en la tarea de elaborar un documento alternativo, de la mano del ex director de Impuestos Internos de Bachelet, Ricardo Escobar, algunos grandes empresarios y representantes gremiales prosiguen con los acercamientos con representantes del oficialismo.Hasta ahora, las citas han reunido a parte de la cúpula empresarial con líderes de la DC, como el senador Andrés Zaldívar, quien ha asistido acompañado por otros dirigentes históricos de la colectividad; del PPD, como el mismo Ricardo Lagos Weber, y el senador Eugenio Tuma, y del PS, como el timonel de esa colectividad, Osvaldo Andrade. La apuesta también ha incluido al ex ministro de Hacienda Andrés Velasco y se haría extensiva a los independientes Carlos Bianchi y Antonio Horvath. La puerta del SenadoTras la tensa presentación de Santa Cruz en la Cámara de Diputados, la elite empresarial terminó de tomar nota de que la batalla en esa instancia está perdida.Los cálculos no están errados.

El próximo 13 y 14 de mayo, los diputados votarán en general y particular la reforma tributaria. Con mayoría oficialista, el proyecto pasará al Senado casi intacto: se apuesta a recaudar US$ 8.200 millones, principalmente, a través de un cambio en la base tributaria, el aumento del impuesto de primera categoría y la eliminación del Fondo de Utilidades Tributarias (FUT).

Lo cierto es que más allá de algunos desencuentros menores, los diputados de la Nueva Mayoría se alinearon sin mayor desgaste detrás del emblemático proyecto y darán el primer triunfo político a la administración de Michelle Bachelet. Tampoco pueden introducir mayores cambios, considerando que las atribuciones en un proyecto de esta naturaleza están, por Constitución, casi completamente en manos del Ejecutivo.Aunque en la Cámara Alta el gobierno también cuenta con mayoría para aprobar la reforma tributaria, no es un misterio que los senadores oficialistas han manifestado una actitud más dialogante e incluso han explicitado reparos frente a la reforma. Zaldívar  ha evitado hacer declaraciones públicas sobre el tema, decisión que -según ha anunciado en su círculo íntimo- se mantendrá hasta el ingreso de la iniciativa en el Senado.

En privado, el parlamentario por la VII Región ha insistido en que el Senado no es una "caja buzón" del gobierno y que debe haber un cuidadoso debate del proyecto. Además, aunque ha manifestado que respaldará las ideas matrices de la reforma, como la eliminación del FUT y el que se recauden US$ 8.200 millones, fundamentalmente, a través del impuesto a la renta, Zaldívar ha estado en contacto con expertos tributarios y economistas DC, para analizar los eventuales efectos negativos de algunas medidas incluidas en el proyecto, por lo que ya ha dejado entrever que está abierto a modificar algunos aspectos.

Tres serían sus preocupaciones principales respecto al proyecto: las atribuciones que otorga al SII, el aumento del impuesto de Timbresy Estampillas y el término de la rentapresunta.El jueves 8, durante una reunión organizada por la Asociación de Exportadores de Manufactura (Asexma), el parlamentario DC comprometió que en el Senado la reforma tributaria iba a tener "el tiempo y el espacio para que fueran escuchadas todas las posturas".

Los empresarios han tomado nota de la mayor disponibilidad de los senadores. Así, los contactos se han centrado en fortalecer los puentes hacia ellos.Además de Guilisasti, a las reuniones con parlamentarios y dirigentes de la Nueva Mayoría se han sumado, entre otros representantes del mundo empresarial, figuras como Andrónico Luksic y José Said, así como algunos economistas, como Bernardo Fontaine.Fuentes que han participado de las citas, en todo caso, optaron por evitar identificar a otros empresarios, aunque aseguraron que las reuniones suelen reunir a representantes de todos los rubros.En el caso de Luksic -quien en una junta de accionistas de CCU, en abril pasado, sostuvo que "confiamos en que los legisladores hagan un profundo estudio de la reforma tributaria, a fin de que puedan considerar los efectos negativos en su eventual aplicación"-, varias de las fuentes consultadas señalan que además ha tomado contacto personalmente con varios senadores, entre ellos, Lagos Weber y Zaldívar, para comentarles sus aprensiones sobre el proyecto.

Ambos senadores, en todo caso, han mantenido un activo ritmo de reuniones con miras al debate tributario que se abrirá en el Senado a fines de mayo.En su rol de presidente de la Comisión de Hacienda, el PPD, por ejemplo, ya ha sostenido reuniones con la CPC y la Sofofa -encuentros que repetirá en las próximas semanas- y con representantes de empresas cerveceras, vitivinícolas e inmobilarias. Zaldívar, en tanto, se reunió esta semana en su oficina de Santiago con la Sofofa.

La primera señalAunque las gestiones del empresariado respecto de la reforma tributaria se activaron durante la tramitación del proyecto en la Cámara de Diputados, los primeros pasos para generar una mejor interlocución con la Nueva Mayoría se dieron recién instalado el gobierno de Bachelet.

A fines de marzo, la Sofofa dio un giro estratégico e incorporó a Guilisasti y al ex ministro Carlos Hurtado como vicepresidentes de la entidad, en reemplazo de Claudio Muñoz y Alfonso Swett.Nadie dudó de que el desembarco de ambos personeros buscaba generarmejor sintonía con las recién estrenadas autoridades. Tanto Guilisasti como Hurtado no sólo tienen una larga experiencia política y empresarial, sino además, fuertes conexiones con la Nueva Mayoría. Mientras el primero fue uno de los personeros detrás de la candidatura presidencial de Andrés Velasco, el segundo fue ministro de Obras Públicas del ex Presidente Patricio Aylwin y es cuñado del senador DC Andrés Zaldívar.

El endurecimiento del discurso del ministro Arenas y la cerrada defensa de la propia Mandataria de la reforma tributaria -este fin de semana los miembros del gabinete agendaron una masiva salida a terreno, para fortalecer el respaldo ciudadano a la iniciativa-, terminaron, sin embargo, por convencer al empresariado de multiplicar los puentes.La experiencia vivida en la Cámara de Diputados fue el elemento catalizador. -Mejor hubiésemos mandado un texto por escrito a la comisión -reclamaron, al término de la sesión, algunos representantes de sectores empresariales, molestos por la forma en que se había desarrollado la presentación  en la Cámara.

La ofensiva -reconocieron quienes han estado detrás de las tratativas- se agudizaron por el desorden en las filas de la Alianza, interlocutores naturales del empresariado.En la elite empresarial han resentido la falta de capacidad de la derecha para hacer frente a la reforma tributaria planteada por el oficialismo. Más allá de la posición minoritaria en la que han enfrentado la tramitación de la iniciativa en el Parlamento, existe una mala evaluación de las posturas adoptadas por los líderes de la Alianza. Las críticas del empresariado alcanzan también a algunos economistas y técnicos de la Nueva Mayoría, que en gobiernos anteriores defendían las posturas más moderadas dentro del bloque.

Según señalan en privado, los empresarios han resentido el hecho de que figuras como, por ejemplo, los DC José Pablo Arellano y René Cortázar, no hayan asumido un rol más protagónico dentro de la discusión de la reforma tributaria.Gobierno busca cerrar flancosAjena a la ofensiva para abrir un diálogo más amplio sobre el proyecto en el Senado, La Moneda apuesta a cerrar flancos para asegurar la aprobación de su primera reforma emblemática. El lunes 5, el ministro Arenas consiguió refrendar entre los parlamentarios oficialistas que integran las comisiones ad hoc de la Cámara y el Senado dos acuerdos claves.

En el primero, los asistentes se comprometieron a mantener intacto el denominado "corazón" de la reforma, es decir, el nivel de recaudación fijado y la eliminación del FUT.Y en el segundo, igual de significativo, los parlamentarios garantizaron mantener en el Senado el ritmo acelerado de la discusión legislativa, aunque algunos han planteado que se reservan la posibilidad de extender la discusión más allá de los dos meses previstos por Hacienda, si es que es necesario.

Mientras la iniciativa se apronta a entrar en su semana decisiva en la Cámara de Diputados y la aprobación de la reforma tributaria en esa instancia será uno de los ejes clave de la cuenta pública que la Presidenta Bachelet alista para el 21 de mayo, las señales provenientes del Senado pronostican un debate más encendido y dejan en puntos suspensivos los resultados de las gestiones informales desplegadas por la elite empresarial del país.

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