Luciana Aymar: "Cachito y Bielsa tienen la revolución en la sangre"

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Foto: Aretha Sport

La leyenda de las Leonas argentinas, el equipo que dio prosperidad y fama al seleccionador chileno, atiende a La Tercera en su paso vacacional por Chile. Su gran amigo, el tenista Fernando González, ejerció de guía de la ex jugadora por el país y de ayuda para la entrevista.




Luciana Aymar (39 años) descansa en Cachagua, pero no por eso deja de respirar hockey. Lucha es la voz más autorizada en el mundo de hablar de su pasión y de la bocha. Sabe los pasos para conseguir el éxito y sostiene que el esfuerzo y el sacrificio van antes que el talento. En una entrevista con La Tercera, a la que ayudó su gran amigo el tenista chileno Fernando González, la medallista de plata en Sídney 2000 habla sobre el futuro del hockey chileno que conduce precisamente Sergio Cachito Vigil, el padre de los títulos argentinos.

¿Qué conoce del hockey chileno?

Jugué varios Panamericanos y algunos Sudamericanos en los que me enfrenté con Chile. Siempre lo encontré como un equipo aguerrido, más allá de la diferencia que siempre hubo con Argentina en cuanto al juego. Una diferencia lógica, ya que en Argentina el hockey fue uno de los deportes elegidos por las mujeres. En los últimos años, luego de Sídney 2000, este deporte, de todos los practicados, paso a ser el más popular entre las mujeres. Pero no había tampoco un resultado abultado contra Chile. Siempre era de los equipos que nos generaban cierta incomodidad. Recuerdo algunas caras y nombres importantes en Chile. Como las hermanas Infante, a las que nos enfrentamos en algunos torneos.

Usted que conoce bien de cerca a Cachito Vigil. ¿Cree que podrá hacer algo importante en Chile?

Yo creo que Cacho puede generar una revolución del hockey en cualquier parte del mundo. Es un entrenador al que le gustan los desafíos. Un formador de deportistas y un constructor de equipo. Seguramente necesitará de tiempo, confianza, infraestructura y predisposición para poder realizar su trabajo de manera tranquila. No dudo de que pueda lograr grandes cosas en el hockey chileno, sabiendo que acá este deporte viene buscando cada año ser mejor. Por lo menos eso es lo que vengo viendo. Están buscando mejorar la calidad, aumentar la pasión por este deporte para que más chicas y chicos se acerquen a practicarlo. Creo que hay potencial para hacerlo de parte de jugadoras y de parte de los entrenadores. Sólo hay que confiar y ayudar. Tener paciencia, porque todo eso se logra con tiempo.

¿Qué le parece esa analogía tan repetida de Cachito Vigil con Bielsa?

Creo que son dos personas apasionadas por lo que hacen. Y bien sabemos que la pasión hace cosas extraordinarias. Estas personas tienen la revolución en su sangre. Por eso creo que es un gran desafío Chile para Cacho.

¿Cuál es el porcentaje de talento y de sacrificio que se necesita para triunfar en el deporte?

Yo creo que se necesita de mucho esfuerzo, de mucha constancia, saber que vas a vivir una vida diferente dedicada al deporte. Eso significa entrenamientos de doble turno, cuidar tus descansos, cuidar tu cuerpo. En mi caso lo viví de esa manera, porque elegí eso. Quizás sacrifiqué muchas otras cosas en mi vida, pero me di el lujo de jugar 20 años para mi país y disfruté mucho. Tuve la suerte de que me acompañó el talento, pero siempre me entrené como si no lo hubiese tenido. Y como todos saben, Cacho y Luis Barrionuevo, preparador físico de Argentina, fueron los grandes causantes de esa elección de forma de vida. Me enseñaron a dar siempre lo mejor de mí aún siendo la mejor jugadora.

¿Cuál fue la clave para que Argentina, sin ser una potencia mundial, se convirtiera como tal?

Ser potencia no se logra de un día para el otro. Querer ser potencia significa dedicación, mucha dedicación. Y eso puede llevar a causar sensaciones distintas, tanto para las jugadoras como para los dirigentes. El mensaje fue muy claro: para ser las mejores, necesitábamos mucha dedicación. Eso significaba dedicarle no sólo tiempo, sino mucha voluntad desde el aspecto físico. Los dirigentes tienen que estar también predispuestos a que para que las cosas mejoren se necesita de infraestructura y otras cosas básicas para que los deportistas puedan realizar sus actividades. Los equipos necesitan gran parte del año con actividades internacionales. Es un proceso largo. A nosotras por lo menos nos costó años de trabajo llegar a ser las mejores, entrenar muchas horas. Tanto Cacho como el cuerpo técnico fueron nuestros mentores, nos educaron a ser buenas deportistas, no sólo buenas jugadoras. Su formación fue a base de disciplina, constancia, respeto. Y nos dimos cuenta de que para ser las mejores teníamos que llegar siempre al límite de nuestro esfuerzo. Se sufría, pero era un sufrimiento agradable. Sabíamos que ese sufrimiento después iba a ser gratificante en los resultados.

¿Cómo ve la realidad del hockey a nivel sudamericano?

Creo que ahora con la Liga, el hockey sudamericano tiene grandes posibilidades de crecer mucho más que antes. Sólo teníamos dos torneos importantes, el Panamericano o el Sudamericano. Con dos plazas para ir a mundiales. Así que para los equipos que no tenían mucha actividad internacional era muy difícil poder clasificar.

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