Macron lanza su apuesta más ambiciosa: reformar la ley laboral
Gobierno pretende difundir la versión final del texto a fin de mes. Hollande advirtió que "no hay que pedir a los franceses sacrificios que sean inútiles".
Piedra angular de su programa para sacar la economía francesa del estancamiento, el Presidente Emmanuel Macron apuesta todas las fichas a su polémico proyecto de reforma laboral. Y ayer la iniciativa comenzó a entrar en su fase final, según el diario Le Monde, luego que el gobierno iniciara una ronda de conversaciones con sindicatos y organizaciones patronales para liberalizar las rígidas leyes laborales del país.
La ministra de Trabajo de Francia, Muriel Pénicaud, iniciaba ayer la presentación de las primeras líneas de esta reforma al poderoso Movimiento de Empresas de Francia (Medef) y posteriormente, pero en la misma semana, a los sindicatos, según informó France Presse.
A comienzos de mes el Parlamento francés convirtió en ley los superpoderes que había pedido Macron para legislar por la vía rápida -a través de las llamadas ordenanzas- su nueva reforma laboral, una medida que ya desató la furia de los sindicatos y que será una profundización de la que aprobó apenas el año pasado como ministro de Economía del socialista François Hollande.
Consciente de las dificultades que enfrentaron sus antecesores, cuyos proyectos de reforma acabaron frustrados por la resistencia en la calle, Macron quiere agilizar la aplicación de la reforma laboral que tiene en mente. Y las ordenanzas son funcionales a este objetivo, ya que en la ley parlamentaria francesa éstas solo pueden ser aprobadas o rechazadas, no admiten enmiendas. Así, con su mayoría absoluta en el Parlamento, Macron no tendría problemas para ejecutarla.
La idea de Macron es difundir la versión final del texto el 31 de agosto. Después de esto, señala France Presse, el proyecto sería presentado ante el consejo de ministros la semana del 18 de septiembre, para una entrada en vigor casi inmediata.
Aunque se desconocen los detalles del proyecto, se han divulgado los grandes ejes de esta reforma que aspira a dar prioridad a los acuerdos alcanzados dentro de las empresas entre propietarios y empleados, por encima de los acuerdos sectoriales. Asimismo, el proyecto buscaría poner límites fijos a las indemnizaciones por despido improcedente, algo que el año pasado no pudo ser aprobado, debido, entre otras cosas, al estallido social que generó el debate. En sus propias palabras, Macron aboga por abaratar los despidos "para atraer a los inversionistas e incentivar las contrataciones".
La reforma también incluye el permiso a las multinacionales para despedir a los trabajadores en una planta francesa que dé pérdidas, incluso si la matriz de origen extranjero es rentable.
A cambio, Macron ha prometido un enorme impulso a la formación profesional de los desempleados y de los jóvenes, a través de un plan que prevé 15.000 millones de euros. A ello se suma un reforzamiento del seguro de desempleo, que sería extendido también a los trabajadores independientes. Sin embargo, el mandatario ha asegurado que retirará ese seguro a quien rechace más de dos ofertas de empleo "decentes".
Con estas medidas, Macron, quien acaba de cumplir sus primeros 100 días en el cargo y cuya gestión es rechazada por el 62% de los franceses, quiere reducir la tasa de desempleo al 7% al final de su mandato en 2022, frente al 9,4% previsto para este año.
Sin embargo, Hollande advirtió ayer que "no hay que pedir a los franceses sacrificios que sean inútiles". "No hay que flexibilizar el mercado del trabajo más allá de lo que hemos hecho, porque pueden crearse rupturas", dijo el ex Presidente socialista dirigiéndose a su sucesor centrista.
El proyecto ya contaría con el respaldo del Medef, sostiene el diario español El País. El gobierno confía en contar con la ayuda del sindicato reformista CFDT, y su objetivo de evitar que los otros dos sindicatos de peso, la CGT y Fuerza Obrera, hagan frente común en contra. La CGT, el principal sindicato de trabajadores, anunció un paro general para el 12 de septiembre. Según ellos, la fórmula de la ordenanza para evitar debatir la reforma en el Parlamento es una estrategia de Macron para "acallar el diálogo social". Con todo, un 56% de los franceses considera necesaria la reforma laboral, indicó un sondeo de Harris Interactive.
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