Manifiesto de "Caco" Villalta: "Se critica más duro al CDF porque es una empresa exitosa"

Sé que tengo muchos detractores, sobre todo en la gente más joven. Ellos son más rebeldes, más sinceros y expresan más su molestia por redes sociales. Nadie es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. Que me insulten jamás me ha importado. Me han contado que tengo una cuenta troll en Twitter y lo dejo hacer su trabajo. Tengo la sensación de un cariño muy directo de la gente, del ciudadano común.

Efectivamente, Sampaoli me dijo que se sentía como un rehén. Me lo comentó luego de conversar con Arturo Salah cuando le pidió que lo dejara en libertad de acción. Jamás hizo una crítica en contra del país, sino que lo hizo en contra de su contrato. Se mal entendió y me pidió rectificar. Dijo que mis palabras le habían hecho daño. Yo le respondí que no había nada que aclarar. Antes teníamos una buena relación, pero ya no hablamos. A lo mejor sigue molesto.

Estoy a punto de atreverme a sacar un libro de cuentos. He escrito durante toda mi vida, me gusta mucho la poesía. Estoy trabajando en un libro de historias deportivas y de mi vida. Va a tener ficción y realidad. Será de un estilo más tirado a la prosa poética y a la nostalgia.

La pichanga era un medio de relación social. Siempre lo entendí de esa forma, por eso mantengo una distancia con el fútbol profesional. Cuando chico dirigí una liga amateur en La Reina. Jugaba de seis, diría que era un buen jugador. Una vez me fui a probar con mis amigos. Quedó la mitad del equipo, pero yo no. Ahí desistí.

Me gusta mucho la piscola. Ahora, con mi edad, me cuesta y me duele más el cuerpo. Cuando joven era piscolero duro. Me he dado farras increíbles con personajes del periodismo deportivo. Prefiero no nombrarlos para no exponerlos. Antes éramos más bohemios. Nos juntábamos después de almuerzo en tertulias sobre fútbol con gente como Julio Martínez o Milton Millas.

Entendí y acepté el Golpe Militar. Veía que no había otra manera de salir de la situación que vivíamos. Era el camino menos doloroso que podíamos recorrer. Lo comparo con lo que pasa hoy en Venezuela. No sé cómo saldrán de ese momento si no hay Fuerzas Armadas que puedan intervenir. Con una guerra civil habría muchos más muertos.

Tengo mucho de la izquierda y de la derecha. De la izquierda me identifico en lo intelectual, con el progresismo y el mundo solidario. De la derecha me nace el emprendimiento, la libertad individual y ser libre. No me gusta que nadie me mande. Políticamente me defino como una persona bastante observante.

Cuando niño era de la U, pero dejé de amar la camiseta. Como dijo Juan Gabriel, lo que se ve no se pregunta. Si ven que estudié dos carreras en la Universidad de Chile y que cuando chico iba al estadio, para qué insistir tanto. No lo oculto. Cuando comento partidos no me interesa si el equipo pierde o gane. Ya dejé el amor. Mi pasión es más fuerte por el fútbol en sí mismo.

Una vez casi nos agarramos a combos con Eduardo Bonvallet en un camarín. Fue por un comentario mío que no le gustó. Me invitaron a pasar al camarín y varios jugadores estaban esperando para increparme. Casi nos vamos a las manos, pero nos separaron. Luego mantuvimos una buena relación, pero no me gustaban sus formas. Era muy duro y violento con las personas cuando hacía sus programas en la radio.

Los periodistas jóvenes no siempre saben de fútbol. Muchos tienen una memoria privilegiada, eso les ayuda a hablar como si supieran de fútbol. Antes éramos distintos. Eramos menos apasionados, menos hinchas, pero analizábamos con mayor seriedad.

Se critica más duro al CDF porque es una empresa exitosa. A muchos de esos críticos les gustaría estar en nuestra pantalla. Se habla mucho de los despidos ocurridos dentro del canal, pero es una realidad que ocurre en todos los medios. Los periodistas miran la paja en el ojo ajeno.