Manifiesto de Daniela Vega, actriz: "Coca-Cola censuró una campaña en la que participé"
"En la adolescencia me grabé en la cabeza que no iba a ser hombre. Mi cabeza empezó a funcionar de esa manera y, aunque pueda parecer extraño, mi cuerpo también. Tuve pocos rasgos masculinos, nunca tuve muchos pelos ni barba. Hoy me siento completamente femenina y feliz. No intervendría mi cuerpo por una cuestión estética".
En la adolescencia me grabé en la cabeza que no iba a ser hombre. Mi cabeza empezó a funcionar de esa manera y, aunque pueda parecer extraño, mi cuerpo también. Tuve pocos rasgos masculinos, nunca tuve muchos pelos ni barba. Hoy me siento completamente femenina y feliz. No intervendría mi cuerpo por una cuestión estética.
Trabajé de todo antes de ser actriz. Fui garzona en una schopería del centro y ahí el jefe me trataba como hombre y los clientes, como mujer. Era una cuestión bien confusa. En los trabajos duraba hasta que me pedían el papel de antecedentes o la copia del carné. También estuve en call-center, que son lugares donde te topas con muchas personas trans, porque trabajas con tu voz y no te cuestionan lo que dices que eres.
Mi primer colegio era mixto y no me cuestionaban que me juntara con las niñas. Lo pasé bien. Aprendí a cantar gracias a una profesora que se dio cuenta de que yo era muy callada. Eso me ayudó mucho. Luego me cambie a un colegio de hombres. Era altamente femenina y ahí tuve una vida bien solitaria.
Empecé a actuar porque estaba muy deprimida luego de definirme como transexual. Me sentía lista para el mundo, pero no encontraba señales de inclusión. Engordé mucho, llegué a pesar 85 kilos y no canté más. Me estaba castigando físicamente. Todo lo que había conseguido lo estaba destruyendo. Sentía que mi vida valía bien poco, me preguntaba para qué había venido al mundo. Pensaba que solo había venido a cambiar mi género.
Una Mujer fantástica es una película de amor. La transexualidad es el motor dramático, pero no es el centro de la propuesta. Diría que la película se centra en el cuestionamiento de la libertad, de la empatía y de la moralidad de los personajes y cómo ellos reaccionan ante la existencia de Marina, mi personaje. La película es una gran pregunta. La gente busca certezas en la sala, pero lo que entregamos es solo cuestionamientos.
Me gustan mucho el flamenco, el pop y el rock. Soy bien pluralista con la música. Admiro a Rocío Jurado y Madonna. También soy fanática de la música chilena. Me gustan bandas como los Jaivas, Inti Illimani o La Ley. Con Manuel García somos amigos y tenemos proyectos juntos.
Coca-Cola censuró una campaña en la que participé. Mandaron a hacer una campaña antidiscriminación con varios artistas. María Gracia Subercaseaux me invitó a participar. Ella me escribió con maquillaje: 'Soy mujer, nací hombre'. Al directorio no le gustó la foto y bajó la campaña.
Mi caso es muy particular, soy una afortunada en ese sentido. No he recibido grandes discriminaciones en mi vida, por eso tengo cierta seguridad al caminar. Pero tengo claro que no es un caso común.
Tengo dos familias. Mis papás se separaron y yo pensé que la habían cagado. Me enojé mucho con ellos y me fui a vivir con la familia de un amigo que se convirtió en mi hermano a los 16 años. Eso hizo que tuviera un soporte emocional bien fuerte. Si mi mamá no está, viene la otra. Tengo comodines. Ellos lo asumen como tal. Hay súper buena onda entre todas. No es que haya quedado huérfana, decidí tener más afectos.
Nunca hice deportes cuando chica, porque no había conexión consciente con mi cuerpo. Eso estaba bloqueado. Conocí el deporte después. Ahora salgo a correr.
No haría campañas con el Movilh ni con ninguna organización. He rechazado invitaciones para eso. Desde mi lugar miro con cariño lo que hacen, pero tengo mi trabajo y ellos tienen el suyo. No me siento una líder de opinión, por ningún motivo.
No he escuchado algún candidato que tenga intereses en avanzar en nuestra temática. Voto desde que las mesas son mixtas. Por ahora estoy esperando, ningún candidato presidencial me llama la atención. Me parece que los políticos tienen un poder gigantesco, pero muy mal aplicado.
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