Marco Enríquez trata a Viera-Gallo de "intelectualmente muy cobarde y además flojo"
"Yo quiero a mis parientes", respondió ayer Sebastián Piñera, luego de que Marco Enríquez-Ominami criticara el nombramiento de José Antonio Viera-Gallo como ministro coordinador del conflicto mapuche y calificara al secretario de Estado de "conservador, intelectualmente muy cobarde y, además, flojo".
Ambos candidatos coincidieron en Temuco, en el Encuentro Empresarial de La Araucanía (Enela 2009) y, más allá del alcance de Piñera para recordar que la esposa del ministro, María Teresa Chadwick, es su prima y que debía defender a su familia, el abanderado de la Alianza también cuestionó la fórmula de La Moneda para enfrentar la problemática indígena en La Araucanía.
"Fue una decisión errada", dijo Enríquez, al tiempo que Piñera manifestó que los problemas mapuches no se resuelven enviando secretarios de Estado desde Santiago. El abanderado RN dijo que en lugar de un emisario de la capital, se debió haber designado a un representante de la región, que tuviera conocimiento directo de los problemas en la zona.
El diputado ex PS también dijo que él mismo promovió leyes para abrir el Parlamento a los pueblos indígenas y que éstas "han descansado" en el escritorio de Viera-Gallo hace más de un año. Ya antes de arribar a Temuco, el parlamentario había señalado a través de su twitter que "lo de Viera-Gallo es increíble, una mezcla de flojera con conservadurismo".
Por su parte, Piñera dijo en el encuentro que sus propuestas pasan por el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios, el establecimiento de una mesa de diálogo y una nueva política de tierras.
A la misma hora, el ministro secretario general de la Presidencia enviaba por medio de Youtube un mensaje en mapudungún: "A todos les pido confianza en las autoridades. A todos les digo que sólo el diálogo es el camino más eficaz para lograr resultados".
FRENTE A FRENTE
Aunque el evento empresarial de Temuco tenía un formato de foro y no de debate, ambos candidatos tuvieron la oportunidad de rebatirse mutuamente. Los presidenciales se enfrentaron especialmente a la hora de exponer sus planteamientos en materia tributaria.
Mientras Piñera desestimó un incremento de impuestos, apostando a un aumento de los recursos fiscales en base a un crecimiento de la economía de 6%, Enríquez le retrucó la necesidad de una reforma tributaria con un carácter solidario. Esta fórmula, según el candidato independiente, no sólo aseguraría el financiamiento para continuar con programas de protección social, sino que también promovería una mayor cohesión social en el país.
Por momentos, el enfrentamiento entre los candidatos -que en tono de burla se trataron por sus nombres completos (Juan Miguel Sebastián y Marco Antonio)- fue encendido.
Cansado de que Enríquez lo tratara como el candidato de derecha, Piñera terminó retrucando que ese mote correspondía a otras épocas.
En lo que sí coincidieron los dos postulantes a La Moneda, fue en cuestionar la ausencia del abanderado de la Concertación, Eduardo Frei.
La automarginación del senador DC también fue criticada por los organizadores del evento, ya que Frei había confirmado su asistencia.
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