Más de mil manifestantes afganos protestan contra presunto fraude electoral
Asar Hakimi, uno de los principales organizadores de la protesta en Kabul, afirmó que se teme que "un fraude a tal escala, sin precedentes, desanime a la comunidad internacional que entregó dinero y derramó sangre para ayudar a Afganistán a levantarse".
Más de mil manifestantes recorrieron hoy Kabul para protestar contra presuntos fraudes en las presidenciales afganas, profundizando así la crisis abierta por Abdula Abdula, el candidato más votado en la primera vuelta, que denuncia irregularidades "flagrantes".
"Defenderemos nuestro voto hasta la última gota de sangre", se leía en las pancartas de los cortejos que desfilaron por Kabul antes de dispersarse sin incidentes.
La segunda vuelta de las presidenciales afganas, celebrada el 14 de junio, ha desencadenado una crisis pese a haber transcurrido sin grandes problemas.
Estas elecciones son muy importantes, después de más de 12 años de presidencia de Hamid Karzai, quien dirigió el país desde la caída de los talibanes en 2001. Cobra especial importancia además porque las tropas de la OTAN prevén retirarse de Afganistán antes de que termine el año.
De ahí que la comunidad internacional esté preocupada, sobre todo por el aumento de tensión entre los partidarios de los dos rivales: Abdula Abdula, el más votado en la primera vuelta del 5 de abril, con el 45% de los votos, y Ashraf Ghani (31,6%).
El sábado, en una rueda de prensa en Kabul, el jefe adjunto de la misión de Naciones Unidas en Afganistán, Nicholas Haysom, aseguró que "el hecho de expresar su preocupación es un derecho perfectamente democrático" pero advirtió que un estallido de violencia podría "engendrar una espiral de inestabilidad".
Asar Hakimi, uno de los principales organizadores de la protesta, afirmó que habían organizado la manifestación "para demostrar que la gente no ignorará el fraude masivo que minó la credibilidad de las elecciones".
"Tememos que un fraude a tal escala, sin precedentes, desanime a la comunidad internacional que entregó dinero y derramó sangre para ayudar a Afganistán a levantarse", dijo.
Hakimi precisó las tres reivindicaciones de los manifestantes: apartar a los que organizaron el fraude, crear una comisión apoyada por la comunidad internacional para tratar este problema e invalidar los votos fraudulentos.
Los manifestantes no se presentan como partidarios de Abdula y afirman que se trata de un movimiento "por la democracia y contra el fraude" para proteger "los logros de los últimos 12 años", pero en realidad sus reivindicaciones coinciden con las del candidato.
VOTO FRAUDULENTO
Abdula anunció esta semana que boicoteaba la comisión electoral independiente y que está dispuesto a rechazar cualquier resultado anunciado por este organismo, por sospechas de que hubo fraude en su contra.
Abdula estima demasiado alta la cifra de 7 millones de votantes sobre 13,5 millones inscritos, en la segunda vuelta, anunciada por la comisión electoral independiente, y lo considera probatorio de votos fraudulentos.
Abdula dice haber perdido la confianza en las instituciones electorales. Sus partidarios acusan a Ghani y al presidente Karzai de la situación actual. Con todo, no quiso echar leña al fuego y esta semana pidió a sus simpatizantes que "respeten las leyes afganas y los intereses nacionales".
Ghani niega en bloque las acusaciones y las considera una "falta de respeto" hacia sus electores.
Karzai se mostró conciliador y el viernes intervino por primera vez para aprobar una mediación de la ONU propuesta por Abdula para encontrar una solución a la crisis.
Los resultados preliminares de estos comicios están previstos para el 2 de julio y la proclamación del nombre del nuevo presidente para el 22 de ese mes.
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