Micheletti afirma que se demostró a la Cidh que "no había ríos de sangre"




El Mandatario de facto de Honduras, Roberto Micheletti, afirmó hoy que su gobierno demostró a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) que "no había ríos de sangre" en el país por la crisis política causada por el golpe de Estado contra el Presidente Manuel Zelaya.

"Se pudo demostrar al mundo entero que aquí no había ríos de sangre, que aquí no había miles de hombres en los hospitales, heridos por la Policía o por el Ejército, que aquí no había miles de muertos" como denunciaron Zelaya y sus seguidores, expresó al ser preguntado sobre la reciente visita de una misión de la Cidh.

"Eso nos da una tranquilidad a nosotros, con la seguridad que en este país se ha cumplido con la Constitución", aseveró.

Micheletti subrayó que "el Ejército ha hecho el papel que le ha mandado la Justicia" y que "la Policía ha actuado de conformidad con lo que nos permite la Constitución de la República y las leyes".

Una delegación de la Cidh recogió y verificó la semana pasada numerosas denuncias de violaciones de las garantías constitucionales después de que los militares detuvieron y expulsaron del país a Zelaya el pasado 28 de junio, tras lo que el Congreso nombró en su lugar a Micheletti.

Pese a las declaraciones de Micheletti, en su informe preliminar, presentado el viernes en Tegucigalpa, la Cidh destacó la muerte violenta de cuatro personas, decenas de lesionados y detenidos, el cierre temporal de algunos medios de comunicación y agresiones a periodistas, entre otras violaciones de los derechos humanos.

La Comisión, encabezada por su presidenta, la venezolana Luz Patricia Mejía, confirmó en un informe preliminar "la existencia de un patrón de uso desproporcionado de la fuerza pública, detenciones arbitrarias, y control de la información dirigido a limitar la participación política de un sector de la ciudadanía".

Además, "constató la represión ejercida contra las manifestaciones a través de la colocación de retenes militares, la aplicación arbitraria de toques de queda, detenciones de miles de personas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, y malas condiciones de detención".

"De particular gravedad es la muerte de cuatro personas y varios heridos de arma de fuego", agregó.

La Cidh, que prevé emitir su informe final en dos meses, se reunió en Tegucigalpa con autoridades locales, sectores sociales y víctimas, entre otros, y visitó lugares del interior del país en los que ocurrieron casos de abusos contra los derechos humanos.

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