Mineros bolivianos bloquean rutas de La Paz hacia Perú y Chile para exigir un yacimiento

La mina en cuestión es Colquiri, expropiada en junio pasado a la empresa suiza Glencore.




Centenares de mineros bolivianos de cooperativas privadas bloquearon las tres principales carreteras de acceso a la ciudad de La Paz, dos de ellas conectadas con las vías hacia Perú y Chile, para pedir al gobierno la entrega de una mina expropiada en junio pasado a la empresa suiza Glencore.

La tercera ruta cortada es la que une La Paz con la zona de los Yungas y el norte amazónico del país, informaron las autoridades.

Un dirigente de las cooperativas mineras, Simón Condori, explicó a los medios que ellos reclaman que se cumpla un acuerdo por el que el gobierno resolvió entregarles la veta más rica de la mina Colquiri, a lo que se oponen otros centenares de mineros que trabajan para el Estado en ese yacimiento.

"Vamos a estar en los tres puntos de bloqueo hasta que tengamos resultados favorables para el sistema cooperativo", dijo Condori, dirigente de este sector social aliado al presidente boliviano, Evo Morales.

La mina de estaño y zinc de Colquiri, situada a 250 kilómetros al sur de La Paz, fue expropiada a Glencore en junio por el gobierno que hizo un reparto de sus vetas entre los sectores rivales, luego de que iniciaran peleas con dinamita que provocaron veinte heridos.

Los mineros que dependen del Estado, a través de la empresa Corporación Minera de Bolivia (Comibol), han exigido a las autoridades que todo el yacimiento sea administrado por el gobierno y que desaparezca el sistema cooperativista de Colquiri.

El dirigente del sindicato estatal de Colquiri, Severino Estallani, afirmó hoy que su sector cuenta con el apoyo de la Federación Nacional de Mineros y también del grupo indígena aimara del altiplano "Ponchos Rojos".

Según el dirigente, 5.000 miembros de ese grupo están llegando a La Paz para apoyarlos en la presión frente a los cooperativistas.

Ambos bandos de mineros también marcharon hoy por el centro de La Paz y, aunque las movilizaciones llegaron a encontrarse frente a frente, no hubo más que un intercambio de insultos.

En las últimas horas, la policía decomisó a los mineros de ambos grupos centenares de cargas de dinamita para evitar los choques.

El ministro de gobierno (Interior), Carlos Romero, lamentó que el conflicto haya sido trasladado a La Paz y que "se esté pretendiendo plantearlo como un problema nacional" y exhortó a ambos sectores "a no agredir ni violentar a la población paceña con dinamitas y movilizaciones".

"No es por la vía de las movilizaciones, de los dinamitazos, que un sector va a imponer su posicionamiento a otro sector. Ambos deben asumir que tienen que convivir, no se pueden negar mutuamente, no se pueden excluir como si fueran enemigos inconciliables", dijo Romero y les convocó a dialogar en las próximas horas.

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