Niños eran atados por sus padres frente al televisor durante horas en Austria

Los menores, de entre 10 meses y cuatro años de edad, fueron sometidos a esta medida durante meses, lo cual les generó serios transtornos de desarrollo.




Una pareja en Viena, Austria, mantenía a sus cuatro hijos, amarrados a sus coches de guagua durante varias horas al día frente al televisor, hasta el punto de que los niños presentan serios transtornos de desarrollo.

El hecho fue denunciado por el diario "Kronen Zeitung" y confirmada por las autoridades locales, que indicaron que esta situación se prolongó durante meses.

"Al principio no podíamos creerlo. Los niños estaban amarrados, fijados en el carrito. Delante de sus caras estaba el televisor encendido", declaró al diario la portavoz de la oficina de protección del menor, Herta Staffer.

Aunque el caso ha salido a la luz ahora, la intervención de los servicios sociales tuvo lugar en enero, cuando se descubrió la situación en la que vivían los niños y éstos fueron traslados a una casa de acogida. Según Staffer, los pequeños presentan claros síntomas de transtornos cognitivos.

"El mayor, un niño de cuatro años y medio, tiene el nivel intelectual de un niño de dos años. Ni siquiera puede hablar. También una niña de tres años y medio tiene graves problemas de desarrollo y no camina", explicó la portavoz.

Los padres, desempleados, fueron denunciados y es difícil que puedan recuperar la custodia de sus hijos a mediano plazo, aunque siguen teniendo contacto con ellos. Staffer dice tener la impresión de que los progenitores parecen "no comprender que algo ha ido mal".

Según el periódico, la oficina de protección del menor comenzó a tener sospechas sobre maltrato durante la estancia de la madre en un hospital para dar a luz al menor de los hijos.

Las enfermeras que la atendieron se percataron de que la madre parecía estar abrumada por la situación y también se refirieron al desagradable comportamiento de la abuela de los niños, por lo que se pidió a la oficina de protección del menor que inspeccionara a la familia.

Según Christian Popow, de la sección de Pediatría del Hospital General de Viena, los niños pueden sufrir trastornos del habla, emocionales y de sociabilidad que requerirán de terapia.

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