Nueva cinta del director de Drive decepcionó en Cannes
Dedicada a Alejandro Jodorowsky, el filme de Nicolas Winding Refn con Ryan Gosling fue abucheado por su violencia excesiva.
Si alguien quería salir relativamente ileso de la primera función de Only God forgives, un buen consejo era ir con el estómago vacío. La película es un estilizado festín de la violencia, con mutilaciones, golpes, balazos, cuchilladas y golpizas en su amplio menú. También es un filme original y con escenas que hipnotizan, con una banda sonora de primera de Cliff Martínez y, al menos, una gran actuación: la de Kristin Scott-Thomas como la madre del personaje que interpreta Ryan Gosling.
El canadiense, que ayer no estuvo en Cannes y con eso le asestó un golpe bajo a la promoción de este encuentro, es un mánager de luchadores de thai boxing en Bangkok, Tailandia. Maneja un club junto a su hermano, va a algunos prostíbulos de vez en cuando, no habla mucho y, antes que nada, le rinde culto de características edípicas a su madre. La cinta del danés Nicolas Winding Refn era una de las más esperadas del Festival que hace dos años estrenó acá Drive, su anterior trabajo. Aquel filme fue nominado al Oscar y desde entonces se espera con interés lo que hiciera este danés admirador de Cassavetes y Jodorowsky.
La película, que como dice en sus créditos está dedicada al realizador chileno, tuvo una recepción en general bastante negativa entre los asistentes a la función de las 20.30. Varios abandonaron la sala antes de que concluyera la exhibición, algunos gruñeron durante ella y hacia el final hubo muchos silbidos. También hubo aplausos, pero en general se instaló la sensación de que Only God forgives no estuvo a la altura de lo esperado.
¿Por qué? Fundamentalmente porque la cinta tiene estilo de sobra, pero su violencia recurrente y sin explicaciones impacientó a la gente. A Julian ( Gosling) le matan a su hermano por haber, a su vez, asesinado a una prostituta. En medio de todo el lío está la policía tailandesa y Julian sabe que es mejor no pisar esos terrenos. Su madre Crystal (Kristin Scott-Thomas) llega desde EE.UU. para ordenar a Julian que liquide a los victimarios de su hermano mayor. El hombre se rehúsa en principio, pero luego entiende que a la madre no se le dice nunca que no. Julian se comunica con la misma agilidad que una piedra: no ríe, no llora y sólo se enoja si hablan mal de su madre.
Su némesis es Chang (Vithaya Pansringarm), el todopoderoso mandamás de la policía local. Todo lo que él toca termina con la cabeza acribillada, los brazos mutilados, las piernas masacradas. A uno de sus enemigos incluso le saca los ojos y luego le introduce agujas en las orejas. Cuando Chang y Julian entran a pelear a muerte, Only God forgives es una eterna fiesta de sangre y decapitaciones.
En alusión a la influencia de Jodorowsky, Winding Refn dijo ayer en la conferencia de prensa: "Es una figura casi mitológica, alguien de culto que siempre fue contra todas las convenciones. He visto sus películas muchas veces y antes de hacer Only God forgives tuve la oportunidad de conocerlo en París. Quería hacer algo diferente y él me dio un impulso definitivo para hacer esta cinta".
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