Nuevos ataques complican el desafío de Theresa May de mantenerse en el poder

Hace exactamente dos años Reino Unido se preparaba para celebrar elecciones generales. Uno de los temas centrales del debate era la economía, que por ese entonces iba camino a la recuperación tras una crisis y, con cierta distancia se encontraba la posibilidad de una consulta sobre la permanencia en Reino Unido. Este jueves los británicos volverán a ir a las urnas, aunque el panorama es completamente diferente: el país votó por salirse del bloque continental, el 22 de mayo vivieron el peor atentado desde 2005 y, si la primera ministra Theresa May creía que arrasaría en los comicios, ahora se juega su liderazgo. Y los incidentes registrados ayer en Londres no hacen más que complicar el escenario. Estas son las cuatro claves para entender estas elecciones.

El 18 de abril pasado la primera ministra, la conservadora Theresa May, que asumió el poder en julio 2016, anunció su intención de adelantar las elecciones. Para los analistas su plan era fortalecer su posición de cara a las negociaciones por el Brexit -que deberían culminar en 2019- aprovechando su liderazgo en las encuestas, que por ese entonces le daban 44% de intención de voto al Partido Conservador, frente a un 23% del Partido Laborista. Para May estas elecciones se centran en perfilar en quién confiarán los británicos para defender a Reino Unido en su divorcio con Bruselas y obtener el mejor acuerdo posible en Europa.

Si en abril el Partido Conservador corría en primer lugar en la carrera por llegar a Downing Street, poco más de un mes después el panorama es diferente. Para el 21 de mayo, por ejemplo, los tories tenían 44% de intención de voto y los laboristas aumentaban su respaldo a 35%. Pero las alarmas se encendieron cuando un sondeo de YouGov proyectó que ningún partido lograría la mayoría absoluta de 326 escaños. En esta encuesta, el oficialista Partido Conservador perdería 22 escaños y lograría 308 asientos. El Partido Laborista ganaría 32 y quedaría con 261. Los analistas coincidían que la pérdida de respaldo de los conservadores se debía, en parte, al manifiesto que lanzaron de cara estas elecciones y que May tuvo que retractarse de una medida que reducía los beneficios sociales a los pensionados, algo que le valió muchas críticas. En tanro, el laborista Jeremy Corbyn ha realizado propuestas consideradas populistas, como la nacionalización del sistema de trenes y de correos.

En todo caso, el historiador Michael Burleigh explica a La Tercera que para que se logre un Parlamento sin mayoría, los laboristas tendrían que lograr que los jóvenes voten en masa, al igual que los de clases sociales más bajas, una situación que califica de ilusoria.

Distintas firmas de encuestas señalan que los jóvenes serán la clave en estas elecciones. Por un lado, desde que May hizo el llamado a celebrar los comicios se inscribieron para votar 1.051.000 personas entre 18 y 24 años, según las cifras del gobierno.

El diario The Guardian señala que la gran divergencia que existe entre las encuestas de opinión es si los votantes jóvenes inspirados por las "políticas populistas" de Corbyn, que explican el alza en el respaldo a los laboristas, van a ir a votar el jueves. Así la última encuesta YouGov, le da un liderazgo de apenas cuatro puntos a los conservadores frente a los laboristas que tienen 38% de respaldo. Los corbynistas se han enfocado en este grupo etario y se han asesorado por expertos que trabajaron con el aspirante demócrata a la Casa Blanca, Bernie Sanders.

El Partido Nacionalista Escocés es uno de los que busca consolidar el respaldo que obtuvieron en 2015, al lograr 54 escaños en el Parlamento. Los liberales demócratas -que formaron una coalición con los conservadores desde 2010 a 2015- tendrían apenas 10 escaños, según los sondeos.