Obama asegura que no hay "fórmula mágica" para resolver conflicto en Siria

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió que no existe una "fórmula mágica" para resolver la situación en Siria e insistió en que la mejor solución sigue siendo la de actuar junto con el resto de la comunidad internacional aumentando la presión.

"No hay una fórmula mágica para resolver una situación extraordinariamente violenta y difícil como la de Siria, si la hubiera (...) ya la habríamos usado y se habría acabado" el problema, subrayó Obama en rueda de prensa con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.

El mandatario estadounidense dijo que se "reserva" la posibilidad de tomar "pasos adicionales, tanto diplomáticos como militares" en caso de que se demuestre que el régimen de Bashar al Assad usó armas químicas puesto que eso constituiría una "amenaza" a la seguridad estadounidense.

Pero insistió una vez más en que este extremo se debe probar todavía de forma fehaciente y que, en cualquier caso, la vía preferente para actuar es de forma coordinada con la comunidad internacional. 

"Esto es un problema internacional y espero seguir trabajando con todas las partes involucradas para encontrar una solución que lleve la paz a Siria y estabilice la región", dijo. 

"No creo que nadie en la región, incluido el primer ministro (Erdogan), piense que una acción unilateral estadounidense vaya a reportar una solución mejor en Siria", agregó.

Junto con Erdogan, Obama coincidió además en resaltar una vez más la importancia de evitar que Siria se convierta en un futuro post-Assad en una nueva zona de conflicto.

"Siria no debe convertirse en un oasis para terroristas", subrayó Erdogan, mientras Obama asentía.

Erdogan dijo asimismo que Ankara y Washington coincidieron en que Al Assad debe dimitir, que el uso de armas químicas es inaceptable y que las minorías deben ser protegidas.

"Hablamos sobre lo que se puede hacer en el futuro. Y tenemos visiones que se complementan", aseguró el premier turco.

Obama, en tanto, elogió "la extraordinaria generosidad" del pueblo turco hacia los refugiados sirios que huyeron a lo largo de la frontera de 900 kilómetros.