Oportunismo y legado: Michael Jackson vuelve a cinco años de su muerte
El martes aparece su segundo disco póstumo, en una serie de rescates que aún no se agotan.
Un año había pasado desde la muerte de Michael Jackson y a varios les pareció que el cuerpo aún no se enfriaba. En un tono diplomático, el productor Rodney "Darkchild" Jenkins (Destiny's child) recordó que tanto a él como a otros técnicos cotizados de la industria se les tentó para tomar el mando de Michael, el primer álbum póstumo del rey del pop, que apareció cerca de un año después que el astro falleciera, el 25 de junio de 2009. Pero era demasiado pronto. "Se me ofreció participar en unas cinco canciones, pero encontré que no era el momento", dijo.
Tres años después, sin embargo, se acabó el luto. Michael Jackson vuelve a poner su firma sobre un disco de ocho canciones inéditas, todas exhumadas de grabaciones comprendidas entre 1983 y 1999 y vestidas de ropas modernas por productores como Timbaland (M.I.A., Justin Timberlake), el mismo Jenkins, el dúo sueco Starlight, Jerome "J-Roc" Harmon y John McClain, este último a cargo de cuidar los intereses de los sucesores del cantante de Bad. Todos fueron supervisados por Antonio "L.A." Reid, el productor general del legado más allá de la vida de Jackson.
Xscape, el nuevo disco, estará disponible desde el martes, en un segundo intento por capitalizar los restos del músico después que Michael apenas rozó las expectativas: entró tercero al ranking Hot 100 de Billboard para su estreno y ha vendido 540 mil copias; un número menor, desprestigiado además por los alegatos de su hermano Randy Jackson, quien denunció que la voz que ahí se escuchaba no era la de su hermano.
Detrás de todo, hay un contrato de 250 millones de dólares, que acordó Sony junto a los herederos de Jackson para hacerse con 10 discos del cantante durante siete años. El botín lo ameritaba: según L.A. Reid, "dos docenas" de grabaciones están maduras para una mezcla como la de Xscape, con la voz grabada desde principio a fin, pensando en la canción completa y con varias tomas vocales. Las versiones crudas de esas grabaciones vienen incluidas en la edición de lujo del álbum.
El grado de avance en las canciones, básicamente, fue lo que terminó por convencer al equipo artístico. "Será mi legado", afirmó Timbaland en una entrevista de mediados de 2013, después de escuchar Chicago, una de las pistas bajo su tutela. "Mi primera reacción fue 'de ninguna manera'. Soy un fan tan leal que me pareció demasiado. Pero seguí escuchando esta canción y se sentía tan bien", comentó Justin Timberlake -voz invitada en una de las versiones de Love never felt so good, el corte más antiguo en la colección, que procede de un demo de 1983.
En el otro extremo, la canción que da título al álbum, Xscape, es la más fresca, con denominación de origen en las sesiones para Invincible de 2001. Y tal como para ese lanzamiento, la tesis tras Xscape es actualizar al sonido actual todos los descartes que Jackson decidió nunca sacar a la luz, pero que -de una forma y otra- ya habían asomado, como Slave to the Rhythm (de las sesiones de Dangerous, 1991), una pista que hace un par de años, Justin Bieber completó para una publicidad de teléfonos. La lista la completan Loving you, A place with no name, Do you know where your children are y Blue gangsta.
Hasta el momento, el impacto del álbum ha sido moderado (ver crítica). "Son casi errores, ejemplos menores de las ideas que explotó mejor en cualquier otro lado", escribió Jon Pareles del New York Times. "Algunas son obviamente pistas de relleno, a lo más. Pero hay destellos de genialidad que no se han diluido", resumió The Guardian.
Tampoco es para morirse: desde que dejó de respirar, Jackson ha facturado por casi 13 millones de álbumes vendidos, y se espera que la última entrada en su catálogo sume -al menos- un millón más.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.