Paciente de lista de espera: "Te tienes que acostumbrar al dolor"

Cada mes, miles de chilenos aguardan el llamado del hospital donde se atienden. Es la ansiada notificación que determinará el día en que podrán operarse y abandonar la lista de espera.




Nancy, María y Julia son pacientes de los hospitales San Borja y San José. Forman parte de las listas de espera por cirugía y las unen enfermedades dolorosas, que les resta movilidad y generan dolor.

Nancy (50) es dueña de casa y sufre de artritis y artrosis en ambos tobillos. Es un número más entre los pacientes que aguardan por ser atendidos en el Hospital San José, en Independencia, recinto donde debe operarse. En el 2010 le dieron orden para la cirugía, fue puesta en una ficha. "El 2014 el mismo doctor me volvió a ver y dijo 'Ah, no, tú tienes tu pierna demasiado mala", cuenta, por lo que el profesional la puso nuevamente en la lista. "Cuando le pregunté por qué me había puesto de nuevo si yo ya estaba anotada, dijo '¿qué más podemos hacer?'".

En octubre del año pasado, junto a su familia, hizo un reclamo en el recinto y aunque le dijeron que en quince días tendría respuesta, todavía no recibe una notificación de que será intervenida.

El caso de Nancy no es aislado. En el Hospital Borja Arriarán, ubicado en la comuna de Santiago, María (51) espera por ser operada hace un año. Sufre de varices que le impide trabajar y desde que recibió el diagnóstico, ha ido empeorando. Relata que fue a ver a una de las asistentes sociales del recinto para ver si podía interceder por su caso y "ella me dijo 'los varices no duelen'. Me quedé plop. Preferí no tener problemas y no contestarle, así que salí y me fui a mi casa", recuerda.

Uno de los doctores le comentó que en algunas clínicas su operación tiene un costo de un millón de pesos, una cifra lejana para lo que ganaba, en ese entonces, como cuidadora de autos "¿Cómo podría pagar eso? no me queda nada más que seguir en acá".

Julia (69), costurera que vive en Estación Central, es otra usuaria que también aguarda por atención en ese centro asistencial. En 2013, un traumatólogo le dio la orden para operarse debido a su artrosis, por la que necesita una prótesis en una de sus rodillas, pues, comenta, apenas puede caminar y sufre de dolor crónico. En octubre de 2013 le dieron la orden para operarse y fue a la oficina de la secretaria de hospitalización: "di mi nombre y el del doctor que me mandaba. Iba a inscribirme en una lista para que me llamaran para cirugía. La señorita me indicó una pila de hojas donde tenía las listas y dijo 'estoy recién llamando a las personas del 2011'. Saqué la cuenta de que si estaba llamando a las del 2011 y yo soy del 2013, me operarán el 2016. ¿Y qué hago por mientras? ¿Cómo camino?", pregunta Julia.

El 6 de enero de este año volvió a ir al recinto, donde se encontró con que la lista había avanzado, y que ahora estaba en el 2012. En esta ocasión, le recomendaron desde el mismo hospital acudir a la Posta Central para tratar su problema, con el argumento de que ya habían enviado a otros casos con buenos resultados. "Te tienes que acostumbrar al dolor, porque la vida continúa y no puedes parar a esperar a que te llamen algún día. Tienes que seguir trabajando y rezando a que te llamen", finaliza. En marzo, Julia volverá a concurrir al complejo, para saber si algo ha cambiado.

Las tres mujeres coinciden en la misma historia: las deficientes respuestas que dan los hospitales ante sus preguntas, la falta de especialistas, que las lleva a seguir viviendo con dolor.

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