Paola Muñoz: Las peripecias olímpicas de una ciclista furiosa

No tiene auto; se desplaza en dos ruedas a todas partes, lo que le significa varios problemas. Su tardía clasificación a Londres tampoco ha estado exenta de líos, pues le extraviaron la bicicleta en dos oportunidades.




Entre Santiago y Las Cruces hay 125 kilómetros de distancia que la familia Muñoz Grandón conocen muy bien. Cuando sus tres hijos llegaron a la adolescencia, el padre, Sixto, los instó a hacer el camino sobre dos ruedas. En aquella época, la hija del medio y única mujer, Paola, se demoraba cerca de cinco horas en completar la ruta, una eternidad comparado con lo que se demora actualmente.

Sólo 15 kilómetros más tiene el circuito que Paola Muñoz (26) tendrá que abarcar este 29 de julio en el "Gran Fondo" de Londres. Será la primera mujer chilena que participe en esta carrera, la más importante de su vida. "Imagínate que llevo 11 años entrenando para este momento. Ir a los Juegos es el sueño de cualquier deportista. Es mucho más especial porque soy la primera", indica.

La oportunidad de correr  en la cita la ha estado esperando desde que tenía 12 años, cuando cruzaba los senderos del Cerro San Cristóbal por el sector de La Pirámide con su papá y hermanos. Un par de años después, ella decidió enfocar sus múltiples talentos deportivos sólo en el ciclismo. "Era muy buena tenista hasta los 14 años, ganó muchas medallas, pero le faltaba porte, así que optó por la bicicleta", cuenta su papá.

Como los cerros eran su terreno más familiar, la joven pedalera comenzó en el mountainbike, una disciplina en la cual tenía que competir contra hombres. Muchas veces la subían al podio de la categoría damas, pese a que era la única mujer. A poco andar se cansó de eso y probó en ruta y pista, donde encontró su real vocación.

ENREDOS
El accidente de Daniela Guajardo ocurrió en diciembre de 2009 y marcó profundamente a Muñoz. Un bus del Transantiago la  atropelló en el sector de Plaza Zañartu cuando se dirigía a entrenar y le provocó una fractura de pelvis y una hemorragia que la tuvo con riesgo vital por varios días. Muñoz encabezó una campaña para reunir fondos para su amiga y también tomó conciencia respecto de los peligros que conlleva transitar por la calle en bicicleta. "Acá en Santiago la gente no tiene cultura deportiva y los autos siempre tratan de intimidarnos y muchas veces la situación se va de las manos. Es complicado ser ciclista, porque las ciclovías tampoco son aptas", acusa la ciclista.

Este percance no fue suficiente para desmotivar a Muñoz, quien hasta la fecha no tiene auto y se desplaza por la capital en bicicleta. "Muchas veces me demoro menos y además no contamino", cuenta ella, que pese a no estar afiliada a "Furiosos Ciclistas", piensa muy parecido.

Al año siguiente, la ex pareja de otro ciclista olímpico, Luis Mansilla (tienen una hija de seis años llamada Javiera), aprendió que los riesgos no sólo estaban en la calle. En una Copa del Mundo de pista en Cali, se vio envuelta en una caída múltiple y se fracturó la mandíbula. Estuvo tres semanas sin comer algo sólido, pero asegura que la experiencia la hizo crecer.

La clasificación a Londres llegó como sorpresa, a última hora, debido a que la lista del ranking olímpico corrió inusualmente. Sin embargo, desde entonces todo ha sido problemas. La aerolínea en que viajaba extravió su bicicleta, por lo que tuvo que entrenar en una arrendada que no cumplía con sus medidas, lo que la hizo chocar con un árbol. Luego, en otro traslado aéreo, la aduana española le retuvo la misma bicicleta. Hasta el embajador chileno tuvo que intervenir. "Ha sido caótico, pero aquí estamos. Espero quedar entre las 40 mejores", cuenta la desafortunada ciclista, con renovado optimismo.

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