Papa condena "brutal persecución" religiosa y étnica en Irak y Siria
El Pontífice realizó ayer su tradicional mensaje de Navidad desde el Vaticano.
Ante unas 80 mil personas, el Papa Francisco emitió ayer su segundo discurso de Navidad, conocido como bendición Urbi et Orbi (para Roma y para el mundo), desde la Plaza de San Pedro en la Ciudad del Vaticano. Su mensaje estuvo marcado por su intenso llamado a la paz y por su condena a la "brutal persecución" religiosa y étnica en Siria como en Irak.
El saludo navideño es una de las dos ocasiones al año, junto con la Pascua, en que el Papa tiene la oportunidad de dar su bendición desde el balcón en la Basílica. De acuerdo con el diario El País, el Papa Benedicto XVI también había reclamado la defensa de los cristianos en los dos países en su Urbi et Orbi de 2010. Entonces pidió a los dirigentes políticos una "solidaridad activa" con los cristianos perseguidos en Irak y en "todo Medio Oriente".
Según la publicación estadounidense, National Catholic Reporter, el Pontífice usó un tono personal para recordar el sufrimiento de los niños "muertos y maltratados, sea antes de ver la luz, privados del amor generoso de sus padres y sepultados en el egoísmo de una cultura que no ama la vida, sea aquellos niños desplazados con motivo de las guerras y persecuciones, abusados y explotados bajo nuestros ojos y nuestro silencio cómplice". Sin embargo, en el discurso hizo un especial llamado por los niños "masacrados bajo los bombardeos allí donde nació el hijo de Dios". Y subrayó que "aún hoy su silencio impotente grita bajo la espada de tantos Herodes, sobre su sangre sobrevuela hoy la sombra de los actuales Herodes", dijo, en referencia al rey que mandó a matar a todos los recién nacidos de Belén. En este sentido, recordó a los 132 niños que fueron asesinados la semana pasada en un ataque talibán a una escuela de Peshawar en Pakistán, al pedir el consuelo de las familia de las víctimas.
También hizo un llamado a la paz para "todo Medio Oriente", a partir de Tierra Santa, "apoyando los esfuerzos de aquellos que se empeñan efectivamente por el diálogo entre israelíes y palestinos".
Por otra parte, rezó por el conflicto en Ucrania para que se "conceda a esa amada tierra superar las tensiones, vencer el odio y la violencia y emprender un nuevo camino de fraternidad y reconciliación".
Además hizo un llamado a todos quienes tienen responsabilidades políticas a superar sus contradicciones mediante el diálogo en países del continente africano, como Nigeria, Libia, Sudán del Sur, República Centroafricana y varias regiones de la República del Congo.
El Papa finalizó su discurso pidiendo a Jesús que su fuerza "transforme las armas en arados", en referencia al Viejo Testamento del profeta Isaías, quien escribía del momento en que las naciones del mundo tomaran sus armas y las convirtieran en herramientas de paz, según escribe la publicación National Catholic Reporter. La revista agrega que este pasaje es usualmente utilizado por los activistas cristianos por la paz, que recurren a esta imagen para pedir el desmantelamiento de las armas nucleares alrededor del mundo.
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