Papa Francisco exhorta al respeto de los derechos humanos durante su visita a Sri Lanka

A su llegada el Pontífice fue recibido con fervor por una multitud que se agolpó en la ruta de unos 30 kilómetros que separa el aeropuerto del centro de Colombo.




El Papa Francisco exhortó este martes al "respeto de los derechos humanos" y a "la búsqueda de la verdad" en Sri Lanka,  al inicio de una visita a este país en el que aún no cicatrizaron las heridas de una larga guerra civil.

El Papa Francisco, que posteriormente viajará a Filipinas, predicará por la reconciliación y la unidad durante esta visita de dos días que tiene lugar  justo después de la sorpresiva elección de un nuevo presidente.

El papa fue recibido con fervor por una multitud de varios cientos de miles  de personas, que se agolparon en la ruta de unos 30 km que separa el aeropuerto  del centro de Colombo.

El papa realizó este trayecto en el "papamóvil" bajo un  intenso sol.

Tras su llegada, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que el  encuentro con los obispos había sido cancelado debido a un retraso en la  agenda, mientras que una fuente de seguridad de Sri Lanka que pidió no ser  identificada dijo a la AFP que el pontífice parecía "exhausto" tras el  trayecto.

En este país aún dividido entre cingaleses (mayoría) y tamiles, la Iglesia  juega un rol particular puesto que hay católicos en ambas comunidades étnicas. 

El papa defendió la reconciliación desde su llegada al aeropuerto de  Colombo en un país marcado por 37 años de conflicto en el cual se enfrentaron  el ejército y la guerrilla tamil, derrotada en 2009.

"La gran obra de reconciliación debe incluir la mejora de las  infraestructuras y cubrir las necesidades materiales pero, también, y es lo más  importante todavía, promover la dignidad humana, el respeto de los derechos  humanos", declaró.

Los derechos humanos constituyen un tema extremadamente sensible en Sri  Lanka, cuyos dirigentes han rechazado colaborar con la ONU en la investigación  sobre las acusaciones de crímenes de guerra cometidos contra civiles.

"El proceso de curación exige incluir la búsqueda de la verdad", subrayó.

El papa fue recibido en el aeropuerto de Colombo por el nuevo presidente,  Maithripala Sirisena, que acaba de asumir sus funciones y prometió una  investigación independiente sobre las acusaciones de crímenes de guerra que  habrían sido perpetrados bajo la presidencia de su predecesor, Mahinda  Rajapakse.

Mostrando buen aspecto y sonriente, señaló por otra parte a los periodistas  franceses que siguen su desplazamiento que "había rezado por Francia y volverá  a hacerlo" tras los atentados en los que murieron 17 personas la semana pasada.

ASIA PRIVILEGIADA

En Sri Lanka, país que cuenta con 70% de budistas, 12% de hindúes, 10% de  musulmanes y 7% de cristianos, el diálogo interreligioso deberá tomar nota del  mensaje del papa. 

En la jornada se reunirá con responsables budistas, hindúes y musulmanes  del país. La violencia religiosa se ha multiplicado en los últimos años en la  isla, donde grupos budistas radicales han atacado iglesias y mezquitas para  denunciar, según ellos, la influencia de estas minorías religiosas. 

El miércoles, el papa celebrará una misa a la orilla del mar en Colombo en  la que se espera un millón de personas.

En esta ocasión, canonizará al primer santo de Sri Lanka, Joseph Vaz, un  misionero llegado de India a fines del siglo XVII, quien con la ayuda del rey  budista hizo cesar las persecuciones contra católicos. 

En uno de los momentos emblemáticos de su visita, el papa se dirigirá al  santuario mariano de Madhu, en zona tamil, en una región donde la guerra fue  muy intensa.

Durante su séptimo viaje fuera de Italia desde su elección en 2013, Jorge  Bergoglio se reencontrará con las muchedumbres asiáticas, que ya le brindaron  una acogida triunfal en agosto pasado en Corea del Sur.

El jueves, viajará a Filipinas, con 85% de católicos, donde se decretaron  cinco días feriados por su visita en Manila y se esperan inmensas multitudes  durante su estancia. 

Además de dos encuentros con familias y jóvenes, los momentos fuertes serán  la misa en el Rizal Park de Manila, donde Juan Pablo II convocó a millones de  fieles en 1995, y un desplazamiento de casi una jornada a la zona siniestrada  de Tacloban.

En la zona devastada en noviembre de 2013 por el tifón Haiyan, celebrará  una misa sobre el terreno, cerca del aeropuerto, y almorzará con una treintena  de sobrevivientes de la tragedia.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.