Parque Tantauco inició inédita reforestación con ciprés
Es un proyecto único en el país. Consiste en la recuperación de esta especie nativa en suelo arrasado por el gran incendio del año 40.
Luego de un largo trabajo de investigación iniciado en 2008, el equipo de ingenieros forestales del parque Tantauco comenzaron esta semana la plantación de 2.500 cipreses de las Guaitecas en la isla de Chiloé.
Hasta el momento no existía bibliografía sobre cómo reforestar esta especie amenazada, nativa de Chile y Argentina y amenazada por la sobreexplotación en el pasado y las condiciones especiales que necesita para sobrevivir. El equipo investigó durante estos años, en conjun- to con especialistas de la Universidad Austral de Valdivia y la Universidad de Freiburg, Alemania, para generar el conocimiento sobre esta especie considerada una rareza de la naturaleza y que no se había reproducido artificialmente hasta ahora en forma intensiva.
"Estamos en el punto en que por fin unimos los resultados de esta larga investigación y el trabajo de restauración en terreno. Partimos de cero en esto y ya estamos plantando nuestras primeras plantas. Es el momento de más estrés tanto para nosotros como para ellas, esperando que puedan prender bien y lograr restaurar parte del paisaje que el fuego borró el año 40", explicó Alan Bannister, administrador general del parque Tantauco.
Ese año, un gran incendio arrasó con la mayor parte de los cipresales de la isla de Chiloé, unos 14 mil sólo en los terrenos que hoy comprenden el parque. Un punto innovador en la forma de reforestar esta especie es la disposición que tendrán las plantas en el terreno y que emula su forma natural de distribuirse en el paisaje.
"No estamos plantando en hileras como se hace típicamente, sino en grupos, lo que se llama plantación en núcleos, de 42 individuos cada uno en un radio de seis metros para replicar exactamente su entorno", explica Andrés Caracciolo, encargado del Plan de Restauración de Ecosistemas Forestales del parque.
Entre los núcleos, en tanto, se reforestará con otras especies, como canelo, mañío, coigüe y ciruelillo, que acompañan al ciprés en su ecosistema natural.
DE LA SEMILLA A LA PLANTA
Para poder plantar hoy los árboles de no más de 40 centímetros de alto, sus semillas se recolectaron en abril del 2010, en un largo proceso para cuidar su germinación y crecimiento en los viveros al interior del mismo parque. "Como no había disponibilidad de plantas tuvimos que diferenciar los árboles semilleros, recolectarlas, hacerlas germinar y crecer artificialmente hasta este punto", señaló Caracciolo.
Agregó que el momento de plantarlas también es delicado. "Las plantitas son transportadas a pie durante dos kilómetros, desde el vivero, para evitar que se dañen, con sistemas especiales para mantener la humedad de las raíces y lograr así que prendan bien" .
Como parte de la investigación se hicieron varios ensayos para encontrar el tipo de suelo más apropiado para las plantas, aunque habrá que esperar unos cien años para ver los resultados. Esto, porque los suelos donde crece esta especie son más pobres. "Ninguno de nosotros los verá en su estado adulto, en cien años más pueden tener un altura de 10 metros. Son árboles muy longevos, pueden vivir 750 años y su crecimiento es muy lento. Por eso no se reforesta con ellos y no había conocimiento científico de cómo hacerlo", sostuvo Bannister.
Este conocimiento se irá profundizando en el tiempo, ya que estará ligado al parque y no a una investigación limitada a un período, convirtiéndose en un valioso material para repetir experiencias de restauración de bosques nativos en otras partes del país.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.