Peña Nieto enfrentará resistencia para efectuar reformas estructurales en México
El ganador de las presidenciales mexicanas afirmó que impulsará reformas estancadas durante años en el Congreso, como la inserción de capital privado a la petrolera estatal Pemex.<br>
El ganador de las elecciones presidenciales del 1 de julio en México, Enrique Peña Nieto, anunció hoy que impulsará reformas trabadas durante años en el Congreso, entre ellas la entrada de capital privado a la petrolera estatal Pemex.
Tras designar su primer trío de colaboradores - Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong y Jesús Murillo Karam-, Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), anunció ayer que buscará acuerdos con otras fuerzas políticas para impulsar reformas en sectores como el de energía (centrada en Pemex), impuestos, relaciones laborales y seguridad social.
Pero lograr la aprobación de reformas en el Congreso requerirá de tino político. El jefe del PRI deberá para ello enfrentarse a los poderosos sindicatos petroleros, tradicionales aliados de su partido. El PRI y su aliado el partido Verde obtuvieron las mayores bancadas en el Senado -61 de 128 escaños- y en La Cámara de Diputados -240 de 500-, pero sin la mayoría simple de la mitad más uno necesaria para aprobar algunas iniciativas.
Ello llevaría al PRI a intentar una alianza con el Partido Acción Nacional (PAN), actualmente en el gobierno, y relegado a un tercer lugar en la presidencial.
"Estamos igual que hace seis años, con la diferencia de que ahora estará el PRI (en el gobierno) y parece que lo apoyará el PAN, un partido con una visión muy definida, sin divergencias internas", dijo a la AFP Raúl Féliz, del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
Durante sus 12 años de gobierno el PAN propuso algunas de las reformas que ahora defiende Peña Nieto, pero fueron bloqueadas por el PRI y la izquierda, particularmente la referida a Pemex.
El gobierno del PAN ya hizo un experimento de asociación con privados, al encargar a concesionarios la repotenciación de pozos viejos de baja producción en el noreste del país. Sin embargo, la oposición sindical sería más profunda a la reforma laboral que Peña Nieto considera vital para aumentar la productividad.
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